Con motivo de la publicación en mi correo, de las dos versiones de membretes oficiales de la marca-país, se produjo una lluvia de opiniones.
Me pareció oportuno intervenir yo de nuevo, para aclarar, con argumentos, por qué es incorrecto decir "todos y todas", aparte de sonar cursi, ridículo, de mal gusto, y realmente discriminativo, lo cual hace que casi todas las personas, no solo los escritores e intelectuales, rechacen esa forma de destruir el idioma, para hacerlo, según sus destructores, "políticamente correcto", pero gramaticalmente lamentable.
El idioma no puede ponerse al servicio de ninguna ideología, más aún si la misma es mendaz y aberrante, como lo es la "Ideología de Género", la cual es tan irreal como "Caperucita roja".
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Yo, simplemente, adjunté el Membrete Oficial del actual gobierno (que termina en dos años más), en sus dos versiones, optando yo, obviamente, por la correcta: "PARAGUAY PARA TODOS".
Que haya una ideología detrás de las expresiones, nos aleja del problema lingüístico, para meternos en el político: porque cada ideología podría, entonces, manosear el idioma, según su propia conveniencia.
En mi libro: "Los sexos, una trampa mortal de la Nueva Era", me explayo, con argumentos y ejemplos, sobre la socio y la psicolinguística, que están en mi terreno por ser yo escritor y psicólogo, demostrando que no es lo mismo ir admitiendo los vocablos que el uso ha ido consagrando, lo cual es legítimo, que pretender cambiarlos, de la noche a la mañana, para adaptar el idioma, no al uso, sino a plataformas doctrinarias, aberrantes, incluso, y empezar a decir "miembra", y "jóvena" (Bibiana Aído); o "la mujer es "sujeta" de derecho, porque es una ser humana"(sic: Gloria Rubín), manipulando vilmente, para mezquinos fines doctrinarios, el lenguaje que es patrimonio universal, no de las feministas de género ( o sea las fanáticas) solamente.
Me pareció acertada la propuesta de Leni Pane: enterarse del dictamen de la Real Academia española de la Lengua, al respecto de cada problema linguístico: ellos, mejor que ninguno, como eruditos, manejan todo lo relativo a la psico y a la sociolingüística, y emiten su dictamen HASTA HOY RESPETADO EN TODO EL MUNDO HISPÁNICO.
Si, por ideología, vamos a relativizar también, como la moral sexual del MEC, la autoridad de este máximo tribunal del idioma, ¿adónde vamos a ir a parar? Seguramente terminaremos en una Babel, en la cual cada partido político, con su ideología, más o menos extravagante y "con supuestos derechos lingüísticos", destrozará el castellano a su gusto y paladar.
La tristemente célebre Bibiana Aído, ex-Ministra del desaparecido Ministerio de Igualdad de España, feminista fanática, dijo en una ocasión: "Si se debe destrozar el idioma para visibilizar a la mujer, DEBE HACERSE" (¡hake pea!).
ESTO NO ES SOCIOLINGÜÍSTICA: ES VANDALISMO DOCTRINARIO, como el "lobby" gay que, por la violencia física, obligó a los Psiquiatras de la American Psichiatric Association"(APA), (que es como la RAE en psiquiatría) a remover el término "HOMOSEXUAL", de la lista de perversiones sexuales, pasando así a ser "NORMAL" dicha conducta, no por razones científicas, sino por el "uso" de los gay, y de su vandálica violencia.
El "lobby" homosexual está en la misma vereda de las feministas de género. Y sus métodos para imponer su torcida mentalidad son también los mismos que los de estas mujeres conflictuadas: recurrir a la mentira y a la violencia bruta, para "destrozar" todo aquello que no concuerda con su perversa ideología sexual, y con su repudiable conducta desubicada y agresiva.
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