sábado, 16 de julio de 2011

¿DIALOGAR CON LOS HOMOSEXUALES VIOLENTOS?

Una joven lectora me escribió, después de haber leído mi entrada anterior, donde yo demostraba que la homosexualidad seguía siendo una perversión sexual, y que los homosexuales han mentido al mundo al decir que esta tendencia es normal.

Esta mujer me proponía no achacarles esto a los homosexuales, ni culpabilizarlos, sino más bien buscar solucionar el problema dialogando, comprendiendo y admitiendo las tendencias de cada persona, sin pretender imponer una sola manera de pensar.
Me recordaba que, en mi artículo aparecido en última hora sobre el caso "Trotte", yo estaba en contra de atacar los EFECTOS, limitándose a denunciar estos hechos, sino que debíamos erradicar LAS CAUSAS, impartiendo una verdadera educación integral, en lugar de los ridículos y anticientíficos postulados del lamentable Marco Rector Sexual del MEC.

Le respondí que no estoy contra la perversión homosexual, ni de la vida sexual que elijan llevar, sino de la violencia con la cual ciertos grupos atropellan físicamente reuniones científicas o religiosas, con el único objetivo de destruir los valores tradicionales valiéndose de la mentira y sembrando el odio.

Me pareció oportuno transcribir aquí la extensa respuesta que le di a esta muy culta amiga, a fin de que muchos accedan también a un mejor conocimiento acerca de la violencia del "lobby" gay en el mundo.


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Muy apreciada Gladys:


Comparto plenamente tu pensamiento: debemos dialogar para encontrar la armonía, y debemos luchar sin descanso por defender los valores propios de todo ser humano racional, como la honestidad, la solidaridad, y sobre todo el amor.


Pero hay dos condiciones indispensables para instalar el diálogo con quienes disienten de nuestra manera de pensar: 1) El deseo de dialogar. 2) La honestidad.
Hay quienes, simple y llanamente, no desean dialogar.

Otros que, como ciertos políticos, hacen trampas para imponer su doctrina, es decir, no son honestos.

Y otros que no quieren dialogar, sino imponerse por la fuerza, brutal a veces, y utilizan, como herramienta de promoción, la mentira: en este grupo se encuentran los"activistas radicales" de la homosexualidad masculina y femenina. Son solamente algunos grupos en cada país, pero movilizan bastante gente hacia su mentirosa causa, porque cuentan con el poder del dinero y de sus vinculaciones políticas con ciertos hombres que llegaron al poder.


Llevo 35 años aplicando, con sumo éxito, la psicoterapia como profesión.
He tenido y tengo pacientes homosexuales. Los quiero mucho, como a los demás pacientes, y algunos han salido de su problema. Como profesional de la conducta, nunca culpabilizo a nadie, sino que lucho para que se liberen de sus sentimientos de culpa y de la depresión característica de quienes se sienten culpables. Movido por ese propósito escribí un libro de 416 páginas, que lleva por título: "Lo que NO dice la Biblia". A muchos les ha servido para desculpabilizarse.


Pero cuando nos referimos a la homosexualidad, debemos tener bien clarito que hay dos clases de homosexuales: los que llevan su inclinación con la más absoluta naturalidad, haciendo la vida que les parece mejor para ellos, manteniendo relaciones sociales normales con los demás, sin discriminar las distintas tendencias sexuales que existen en la sociedad y en el mundo; son muy buenas personas, se puede trabajar con ellos, dialogar, encontrar la armonía y compartir los valores universales; y otros cuyo único objetivo es destruir los valores tradicionales, las religiones, la familia y la heterosexualidad misma, rebajándola al nivel de cualquier otra tendencia sexual, para implantar "los nuevos paradigmas morales", que permiten el libertinaje sexual, el aborto, y la legalización jurídica, en todos los países, de todas las conductas sexuales desviadas, incluyendo la pedofilia, como ya ha ocurrido en países donde un viejo tiene el "derecho" de seducir a un niño, porque eso allá ya es legal.
Los sociólogos, por esas características antisociales, los denominan: "activistas radicales" los cuales han llegado a formar un potente "lobby" sostenidos por la MENTIRA Y LA VIOLENCIA. Con ellos NO SE DIALOGA.


Hay muchísimas personas, incluyendo líderes religiosos, que desconocen esta diferencia: Nuestra lucha, entonces, no es contra los homosexuales y su vida privada, de lo cual ellos son dueños y únicos responsables. Nuestra lucha se dirige contra los violentos cuyo objetivo no es defender la homosexualidad, sino DESTRUIR NUESTROS VALORES PARA GOBERNAR ELLOS EL MUNDO. Te invito a darle un vistazo a mi blog, donde me explayo muchísimo sobre este tema que se refiere a estos agitadores que "politizan" una tendencia sexual. Puedes leerme en: www.franciscooliveiraysilva.com


Hecha esta aclaración, podrás darte cuenta de que mi conducta de educador es, como se lee en el lema de mi blog, la de "Iluminar con conocimiento", para desenmascarar las mentiras, como la de que "la homosexualidad dejó de ser una perversión, y es un comportamiento sexual normal, porque así lo declaró la ONU", siendo que han sido ellos los que OBLIGARON A LOS PSIQUIATRAS A HACER DICHO CAMBIO.


Jamás me enfrentaré a nadie por el simple hecho de pensar distinto o de ser homosexual. Pero sí debo hacerlo cuando son deshonestos y basan su campaña en tan grave mentira, y jamás aceptarán el diálogo porque su estrategia es la violencia y el desprecio hacia los que no son como ellos.


Y, para finalizar, hago una aclaración: La palabra "Perversión" no tiene connotaciones morales, ni equivale a degeneración o depravación. Dicho término viene del latín "Pervértere" (dar vuelta): antes, a los hoimosexuales se les llamaba "invertidos", por estar invirtiendo, o dando vuelta un impulso, el sexual en este caso, desviándolo de su sentido natural, por lo cual, en los Tratados de Psiquiatría, también llaman "desviaciones" a estas alteraciones del instinto sexual.
Y no se está despreciando a nadie, ni culpabilizándolo, cuando se le aplica el nombre científico al problema que tienen.


Y hablando de CAUSAS y EFECTOS: la causa del activismo homosexual politizado es la alianza de poderosos financistas y ciertos sectores de la masonería, que se propusieron la estrategia de usar a los homosexuales y al feminismo, como medio para penetrar en lo más íntimo del tejido social de las naciones: y lo están logrando, porque el dinero mueve voluntades y tuerce conciencias. Y con esta gente, obviamente, no se dialoga: se puede hacer el intento de derrotarles en las urnas, como está sucediendo con la llegada de Sarkozy al gobierno: le está devolviendo a Francia la belleza secular de su fisonomía social, cultural y política.

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