Agradezco
los comentarios que se solidarizaron con el mío. Es un estímulo
invalorable el encontrar compatriotas que aprecian lo que hay que
apreciar, y entienden de priorizaciones.
El dinero es importante, por
cierto: nadie lo duda.
Pero el Nombre de Jesucristo, profanado por un
obispo católico es algo mucho más importante y mucho más grave que lo
del IRP., o lo del 10% del impuesto a la soja y a la
carne.
Los Estados Unidos y Europa están desmoronándose
financieramente, como un castillo de arena, y saben más que nosotros de
finanzas. Esto nos habla a las claras de que el "dios dinero" es la nada
misma, comparando su importancia con la del verdadero Dios, el cual,
histórica y culturalmente, es bendecido y honrado por todos nuestros
compatriotas y por los Fundadores de nuestra Nación.
Una ofensa hecha a
Dios, es una ofensa gravísima hecha al Pueblo paraguayo.
Dios es la
palabra número 17 en el Preámbulo mismo de nuestra Constitución
Nacional, donde dice: "invocando a Dios".
Digo esto refiriéndome a
alguien que pensó que se estaba desviando el tema por el coraje de
varios compatriotas de ocuparse en defender a Dios antes que ocuparnos
del dinero, el cual, como todos lo sabemos, es mil veces usado para los placeres de los corruptos, pagados
por los indefensos contribuyentes.
Mi propósito fue, simplemente,
contribuir a focalizar la perspectiva necesaria para abordar este pésimo
comportamiento de Lugo contra el cristianismo que dijo profesar.
Es
grave mentir haciéndose pasar por religioso. Y más grave aún pisotear
las creencias del Pueblo que se gobierna, y que se simulaba profesar
intensamente, como marketing nomás, por lo visto: se pierde
credibilidad.
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