jueves, 4 de octubre de 2012

UN COMENTARIO SOBRE LA MASONERÍA



Queridos amigos y lectores:


Uno de los comentarios que me llegó acerca de "La Monja bailarina", relaciona este vergonzoso hecho con la influencia masónica negativa en la Iglesia. ¿Será?

Me envió, al respecto, una notica del Diario Abc-Color;
y me copió, además, un texto que relata algunas visiones que tuvo la religiosa, hoy Beata, Ana Catalina Emmerick acerca de los males que caerían sobre la Iglesia Católica.

Les aclaro que la Iglesia Católica no obliga a creer en ninguna de las apariciones de la Virgen, ni en mensajes ni profecías de ningún ser humano, fuera de los Profetas de la Biblia.
Deja esto librado a la devoción particular de cada persona.

Pero me pareció oportuno compartir con ustedes el relato de una de estas visiones, reales o no, porque contienen mucho de cierto en relación a lo que está ocurriendo. ¿Pura coincidencia?
Saque cada cual sus propias conclusiones.

Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva.
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1. Esta es la noticia de Abc-Color:




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VISIONES DE LA BEATA ANNA CATALINA EMMERICK

«Vi la Iglesia terrestre, es decir la sociedad de los fieles sobre la tierra, el ejercito de Cristo en su estado de paso sobre la tierra, completamente oscurecida y desolada» (AA.II.352)

«¡Vosotros sacerdotes, que no os movéis! ¡Estáis dormidos y el redil arde por todos lados! ¡No hacéis nada! ¡Como llorareis por eso un día! ¡Si tan solo hubierais dicho un Pater! (…) ¡Veo tantos traidores! No soportan que se diga : «esto va mal». Todo está bien a sus ojos con tal de que puedan glorificarse con el mundo!
«Vi muchos buenos y piadosos obispos, pero estaban mudos y débiles y el mal partido tomaba a menudo la fuerza»
(AA.II.414)

«De nuevo vi la visión en la que la iglesia de San Pedro era minada, siguiendo un plan hecho por la secta secreta, al mismo tiempo que era deteriorada por las tormentas» (AA.III.103)

«Vi la iglesia de los apóstatas crecer grandemente. Vi las tinieblas que partían de ella, repartirse alrededor y vi muchas personas abandonar a la Iglesia legítima y dirigirse hacia la otra diciendo: «Ahí todo es mas bonito, más natural y más ordenado» (AA.II.414)

«Vi cosas deplorables: se jugaba, se bebía, se parloteaba, se seducía a las mujeres en la iglesia, en una palabra se cometían allí todo tipo de abominaciones» (AA.III.120)

«Los sacerdotes dejaban que se hiciera cualquier cosa y decían la misa con mucha irreverencia. Vi pocos que tuvieran todavía piedad y juzgasen sanamente las cosas. Todo eso me afligió mucho. Entonces mi Esposo celeste me tomó por medio del cuerpo, como él mismo había sido atado a la columna y me dijo: «Es así como la Iglesia será todavía encadenada, es así como será estrechamente atada antes de que pueda revelarse» (AA.III.120)

Vi al Papa en oración; estaba rodeado de falsos amigos que a menudo hacían lo contrario de lo que decía. (AA.II.203)

Vi también en Alemania a eclesiásticos mundanos y protestantes iluminados manifestar deseos y formar un plan para la fusión de las confesiones religiosas y para la supresión de la autoridad papal. (AA.III.179)

¡… y este plan tenía, en Roma misma, a sus promotores entre los prelados! (AA.III.179)
Ellos construían una gran iglesia, extraña y extravagante; todo el mundo tenía que entrar en ella para unirse y poseer allí los mismos derechos; evangélicos, católicos, sectas de todo tipo: lo que debía ser una verdadera comunión de los profanos donde no habría más que un pastor y un rebaño. Tenía que haber también un Papa pero que no poseyera nada y fuera asalariado. Todo estaba preparado de antemano y muchas cosas estaban ya hechas: pero en el lugar del altar, no había más que desolación y abominación.
(AA.III.188)

Nota:
La Beata Ana Catalina Emmerick, (Coesfeld, 8 de septiembre de 1774 - Dülmen, 9 de febrero de 1824) fue una monja agustina canóniga, mística, estigmatizada y visionaria alemana. Nació en Flamske, una comunidad agraria, actualmente en la diócesis de Münster en Westfalia, y murió en Dülmen a los 49 años. Fue beatificada por el papa Juan Pablo II el 3 de octubre de 2004. Emmerick es el apellido consignado en Alemania.

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3. Esta es la respuesta que le envié al amigo que me envió estos materiales:
Muy apreciado amigo:

Agradezco tu envío. También tu comentario.
Me desagradan mucho algunos de los comentarios
debajo de la noticia de Abc, por ser grotecos u ofensivos, y solo reflejan la necedad de sus autores.
El monumento masónico en sí, no tiene nada de malo ni de bueno: y ningún visitante extranjero se pondrá a sacar conclusiones sobre el Paraguay mirando dicho emblema masónico.
Tampoco lo harán mirando crucifijos o ermitas a la Virgen a lo largo de las rutas.

Muchísimos, incluso, desconocen el emblema de los masones, y pensarán que es un simple monumento a la arquitectura o a la geometría, o a alguna asociación.

Lo malo no está en el símbolo. Lo malo está en la conducta delictiva de muchos que se han cobijado bajo dicho símbolo con el único objetivo de traficar influencias, lograr impunidad por medio del sistema jurídico-masónico-corporativo, despojando o encarcelando a inocentes y dejando prosperar a delincuentes, atacando los principios y valores espirituales, y pretendiendo, aviesamente, sin respetar la "libertad, ni la equidad, ni la fraternidad" de su eslogan, atacar y aniquilar a la Iglesia, como si todos los que somos Iglesia les hubiéramos dañado a ellos. Pretenden vengar crímenes ajenos en nosotros que no tuvimos participación en ellos.

Los crímenes de la Masonería
son lo grave, no ese inocente e inocuo monumento cuyo significado, lo repito, casi nadie conoce.

Lo mismo podemos decir de la Cruz: en sí no significa nada. Lo malo de la Cruz está en su uso: muchos lo utilizan como simple adorno sin valor espiritual alguno, o para otros fines inconfesables. Por eso alguien escribió:

"En tiempo de las bárbaras naciones,
de las cruces pendían los ladrones.
Pero hoy, en el siglo de las luces,
del cuello del ladrón penden las cruces".
Lo mismo pasa con cualquier otro símbolo: también con el de la Masonería.


Un abrazo:
Dr. Francisco Oliveira y Silva.

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