Queridos amigos y lectores:
Desde joven yo escuchaba comentarios, para mí increíbles, ACERCA DE CÓMO HACEN CIERTOS CARDENALES Y OBISPOS QUE TRABAJAN EN LAS OFICINAS DEL VATICANO, PARA QUITARLE AUTORIDAD AL PAPA.
ME ASEGURABAN QUE FILTRABAN LAS INFORMACIONES QUE DEBÍAN LLEGAR A ÉL, y que le hacían llegar solamente algunas, pero no todas, porque NO LES CONVENÍA A ELLOS, O A LOS AMIGOS DE ELLOS, QUE EL PAPA ESTUVIERA ACABADAMENTE INFORMADO DE CIERTOS TEMAS, ESPECIALMENTE LOS RELACIONADOS CON FECHORÍAS SEXUALES COMETIDAS POR CIERTOS CURAS.
También se decía que ellos "corregían y podaban" ciertos escritos del Papa, que el mismo ordenaba publicar en "L´Osservatore Romano", que es el órgano de prensa oficial de la Santa Sede.
A mí me parecía que eso no era posible: que personas tan cercanas al Pontífice, que debían ser ejemplos de santidad, obediencia y respeto a la máxima autoridad de nuestra Iglesia, pudieran atreverse a obstaculizar su autoridad, no manteniéndole plenamente informado, y mutilando su pensamiento, "editando" sus escritos, haciéndole decir lo que él no había dicho.
Sin embargo esa inmundicia de "colaboradores" había estado vigente en el Vaticano desde hace mucho tiempo: obispos y cardenales que pisoteando su voto de Obediencia, cometían el crimen de boicotear nada menos que al Soberano Pontífice: verdaderas MANOS NEGRAS detrás del Papa, conspirando contra la rectitud de su gobierno, para desprestigiarlo al límite.
Esa es la razón de ciertas decisiones, publicaciones, o comportamientos, absolutamente inexplicables en un Papa, como ocurrió, por citar un ejemplo, con el Papa Juan Pablo II, el cual se mantenía totalmente ignorante de las fechorías sexuales que estaba cometiendo el cura perverso Marcial Maciel, en materia de PEDOFILIA y otras graves aberraciones sexuales, como la del ultraje a sus votos de Castidad y Celibato, haciendo vida marital con una mujer, de la cual tuvo tres hijos, a cada uno de los cuales ¡también los violó sexualmente!¡Todo un monstruo!
Curiosamente, este sacerdote perverso y mentalmente perturbado, estaba fundando una excelente Congregación religiosa llamada "Los Legionarios de Cristo", y gozaba de la amistad del Papa Juan Pablo II, al cual jamás le llegó ningún informe acusatorio, de los muchos que se habían remitido al Vaticano contra este cura, porque dichos informes eran sistemáticamente cajoneados por los religiosos que, de alguna manera, ¡querían "proteger" a este delincuente, y boicotear al Papa!
A estos grupos que presionan, a veces por medios gravemente deshonestos, para favorecer a ciertas personas o causas, se les da el nombre de "lobby".
"En inglés, un lobby es una entrada o salón de espera de un edificio o una oficina. En el Reino Unido también se usa para referirse a los salones del parlamento inglés donde los diputados se reúnen con el público5 De ahí viene otra palabra inglesa, lobbyist (cabildero)" (Wikipedia).
Los cabilderos o "lobistas" son personas que procuran con mañas, y hasta con sobornos y extorsiones, proteger a sus allegados, y ganar partidarios a su causa en alguna agrupación o núcleo de poder.
Originalmente esta palabra se refería a aquellas personas que esperaban a un político en el lobby del parlamento, con la intención de influir en sus votos.
Hoy día, los lobistas hacen este trabajo usando, por lo general, herramientas deshonestas, como la compra de votos, las promesas de favores sexuales, el sobreseimiento en alguna causa judicial, o el "extravío" de algún expediente comprometedor.
Los dos "lobbis" más conocidos hoy son:
- el lobby gay,
- y el lobby masónico.
Debo dejar bien en claro que no todos los gays ni todos los masones están en el lobby, sino solamente un grupo, a veces no muy numeroso, pero de un tremendo poder de "per$uación" para ganar adeptos, y comprar votos y conciencias.
El ‘lobby gay’ en el Vaticano (Párrafos tomados de Deutsche Welle)
“Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”.
La prensa describió esta frase del papa Francisco como un golpe de timón en la Iglesia católica. ¿Qué dicen los aludidos?
La prensa describió esta frase del papa Francisco como un golpe de timón en la Iglesia católica. ¿Qué dicen los aludidos?
El papa Francisco va camino a convertirse en uno de los personajes
predilectos de la prensa internacional. Al contrario de su predecesor,
Benedicto XVI, el argentino Jorge Mario Bergoglio está dotado de tal
espontaneidad al hablar, que convierte cada una de sus declaraciones en
una noticia de primera plana.
Como muestra, un botón: este lunes (29.7.2013), al ser consultado sobre el supuesto “lobby gay” que existe en el Vaticano, el pontífice se apresuró a diferenciar entre la orientación homosexual de los sacerdotes, el ejercicio de esa sexualidad y la presunta alianza política de religiosos homosexuales en la Santa Sede.
“Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla? El catecismo de la Iglesia católica lo explica de forma muy bella. Dice que no se debe marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad”, respondió el papa Francisco.
En territorio germano, los medios no dudaron en vaticinar un golpe de timón en Roma y hasta Nosotros Somos Iglesia, el movimiento alemán para la reforma de la Iglesia católica, describió el pronunciamiento de Francisco como un “impacto liberador”.
“Como institución, la Iglesia católica ya había dicho lo mismo con otras palabras. Lamentablemente, eso no evitó que la discriminación de gays y lesbianas siguiera teniendo lugar. Lo único nuevo es el tono con que un papa aborda el tema. Y eso es algo digno de celebrar porque contrasta con los términos humillantes y peyorativos que el papa Benedicto XVI y otros altos funcionarios de la Iglesia católica han usado para referirse a las personas homosexuales”, señala Klaus Jetz, director ejecutivo de la Federación Alemana de Lesbianas y Gays (LSVD, sus siglas en alemán).
“En algunos países africanos, el discurso homófobo de la Iglesia ha llegado al punto de propiciar agresiones morales y físicas contra gays y lesbianas. De ahí que las opiniones divulgadas recientemente por Francisco resulten esperanzadoras, hasta cierto punto. Cuando leí la entrevista ofrecida por el papa en el avión que lo llevaba de Brasil a Italia, me pregunté: ¿qué influencia tendrá sobre la Iglesia católica africana, que echa leña al fuego cuando en Uganda se habla de castigar la homosexualidad con la pena de muerte o cuando en Camerún se organizan cazas de brujas contra los homosexuales?”, acota Klaus Jetz: “Lo único nuevo es el tono con que un papa aborda el tema” .
Como muestra, un botón: este lunes (29.7.2013), al ser consultado sobre el supuesto “lobby gay” que existe en el Vaticano, el pontífice se apresuró a diferenciar entre la orientación homosexual de los sacerdotes, el ejercicio de esa sexualidad y la presunta alianza política de religiosos homosexuales en la Santa Sede.
“Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla? El catecismo de la Iglesia católica lo explica de forma muy bella. Dice que no se debe marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad”, respondió el papa Francisco.
En territorio germano, los medios no dudaron en vaticinar un golpe de timón en Roma y hasta Nosotros Somos Iglesia, el movimiento alemán para la reforma de la Iglesia católica, describió el pronunciamiento de Francisco como un “impacto liberador”.
“Como institución, la Iglesia católica ya había dicho lo mismo con otras palabras. Lamentablemente, eso no evitó que la discriminación de gays y lesbianas siguiera teniendo lugar. Lo único nuevo es el tono con que un papa aborda el tema. Y eso es algo digno de celebrar porque contrasta con los términos humillantes y peyorativos que el papa Benedicto XVI y otros altos funcionarios de la Iglesia católica han usado para referirse a las personas homosexuales”, señala Klaus Jetz, director ejecutivo de la Federación Alemana de Lesbianas y Gays (LSVD, sus siglas en alemán).
“En algunos países africanos, el discurso homófobo de la Iglesia ha llegado al punto de propiciar agresiones morales y físicas contra gays y lesbianas. De ahí que las opiniones divulgadas recientemente por Francisco resulten esperanzadoras, hasta cierto punto. Cuando leí la entrevista ofrecida por el papa en el avión que lo llevaba de Brasil a Italia, me pregunté: ¿qué influencia tendrá sobre la Iglesia católica africana, que echa leña al fuego cuando en Uganda se habla de castigar la homosexualidad con la pena de muerte o cuando en Camerún se organizan cazas de brujas contra los homosexuales?”, acota Klaus Jetz: “Lo único nuevo es el tono con que un papa aborda el tema” .
MIS COMENTARIOS A ESTA NOTICIA:El Papa se abstiene de juzgar a los homosexuales que "buscan al Señor y tienen buena voluntad" a pesar de tener dicha tendencia.
Pero nos advierte acerca de la maldad del lobby gay que pretende destruir la Iglesia, lo cual es otra cosa bien distinta.
Y les acerco un enlace para obtener mayores datos acerca del cambio radical que se está operando en la Iglesia católica, mediante la actitud del nuevo Papa:tan amable y cordial, que despierta el interés y la simpatía de tantas personas, de los más diferentes credos políticos o religiosos, porque su lenguaje, directo y sin ambigüedades, tiene el poder de llegar al intelecto y al corazón de todo ser humano.
Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva
Cel.: 0985 24 26 01
www.francisco.oliveiraysilva
______________________________ ________
Los siguientes párrafos los he tomado de: chiesa.espresso.repubblica.it/ articolo/1350569?sp=y
En ellos se encuentran más pruebas...
SOBRE EL CASO RICCA Y LOS "LOBBIES GAYS"
Otro bloque de respuestas se refirió a los "lobbies gay" en el Vaticano, y al caso de monseñor Battista Ricca, nombrado por el Papa como prelado del IOR (Instituo para Obras Religiosas), antes que salieran a la luz sus pasatiempos escandalosos.
Ningún prejuicio contra los homosexuales, pero no a los lobbies gay: no son buenos. Esto dijo en síntesis Francisco a los periodistas.
En general, sobre los gays y sobre los lobbies el Papa se expresó de este modo:
“Se escribe tanto sobre el lobby gay. Hasta ahora, no he encontrado en el Vaticano quien haya escrito ‘gay´ en su documento de identidad. Es necesario distinguir entre el ser gay, tener esta tendencia, y hacer lobby. Los lobbies, todos los lobbies, no son buenos. Si una persona es gay y con buena voluntad busca al Señor, ¿quién soy yo para juzgarlo? El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que no se debe discriminar a las personas gays, sino que se las debe acoger. El problema no es tener esta tendencia, el problema es hacer lobby y esto vale para éste como para los lobbies de negocios, los lobbies políticos, los lobbies masónicos”.
Mientras que sobre el caso específico de Ricca dijo:
“En el caso de monseñor Ricca hice lo que el Derecho canónico indica que hay que hacer: una investigación previa. No se encontró nada de lo que se le acusaba. No hemos encontrado nada. Muchas veces en la Iglesia se buscan los pecados de juventud y luego se publican. No estamos hablando de delitos ni de de crímenes, como los abusos sobre menores (que son otra cosa), sino de pecados. Pero si una persona laica, sacerdote o monja cometió un pecado y luego se ha convertido y se ha confesado, el Señor perdona y olvida. Por eso nosotros no tenemos de derecho de no olvidar, porque de otro modo corremos el riesgo que el Señor no se olvide de nuestros pecados. Tantas veces pienso en san Pedro, quien cometió el pecado más grave: renegó de Cristo. Sin embargo, llegó a ser Papa. Pero repito, sobre monseñor Ricca no hemos encontrado nada”.
Francisco no agregó más nada. No dijo que los hechos atribuidos a monseñor Ricca son falsos. Simplemente dijo que de esos hechos “no se ha encontrado nada” en la documentación que le acercaron en el Vaticano.
Pero dado que – como el Papa sabe bien ahora – sobre esos hechos se encuentra todo en la documentación de la nunciatura pontificia en Montevideo, documentación que fue enviada a su debido tiempo también a Roma, la deducción es obvia: en el Vaticano actuó un lobby que hizo desaparecer las huellas.
Tampoco el Papa ha confirmado su confianza en monseñor Ricca ni ha declarado concluido el caso. Todo lo contrario. Los “pecados de juventud” pueden ser perdonados, ha dicho el Papa. Pero solamente a quien los confiesa sinceramente y se arrepiente, como hizo san Pedro, no a quien ha hecho y hace de todo para ocultarlos, desfigurarlos, eliminarlos, con el auxilio de un lobby poderoso que hasta ahora no se da por vencido. Uno de esos lobbies, el adjetivo no importa, que el papa Francisco dijo una vez más que quiere extirparlo de la curia vaticana.
En el último número de L'Espresso, el semanario que ha destapado el caso, no se había escrito nada diferente:
“En la Iglesia no existe en absoluto una hostilidad preconcebida contra los homosexuales que viven en castidad, ya sean sacerdotes, obispos, cardenales; esto es tan cierto que, de manera pacífica, varios de ellos han ocupado y ocupan cargos importantes. Lo que la Iglesia no acepta es que personas consagradas, las cuales se han comprometido públicamente al celibato y la castidad 'para el Reino de los Cielos', traicionen esta promesa. Cuando la traición es pública, se convierte en escándalo. Y para sanarlo la Iglesia exige un recorrido penitencial que empieza con el arrepentimiento, no con la falsificación, la ocultación, el engaño, peor aún si se realiza con la complicidad de otros, en un 'lobby' de intereses cruzados, lícitos e ilícitos”.
Hechos y personajes del escandaloso pasado del hombre que Francisco,
desconocedor del caso, delegó como su representante en el IOR (Instituto
de Obras Religiosas). He aquí como vive y
prospera en el Vaticano un poder paralelo que trama para dañar al Papa
de Sandro Magister
ROMA, 18 de julio de 2013 – "En la curia se habla de 'lobby gay'. Y es verdad, existe. Veremos qué podemos hacer", dijo Francisco el 6 de junio a unos religiosos latinoamericanos a los que había recibido en audiencia.
Y más: "No es fácil. Aquí hay muchos ‘amos’ del Papa y con mucha antigüedad de servicio", ha confiado hace algunos días a su amigo argentino y ex alumno Jorge Milia.
Efectivamente, algunos de estos "amos" han urdido, en detrimento de Jorge Mario Bergoglio, el más cruel y pérfido engaño desde su elección como Papa.
Le han ocultado información importante que, de haberla tenido a tiempo, habría evitado que nombrara a monseñor Battista Ricca "prelado" del Instituto para las Obras de Religión.
Con este nombramiento, hecho público el 15 de junio, Francisco quería situar dentro del IOR a una persona de su confianza en una función clave, con el poder de acceder a todos los actos y documentos, y de asistir a todas las reuniones, ya sea de la comisión cardenalicia de vigilancia, como del consejo de sobreintendencia, es decir, de la junta del devastado “banco” vaticano. En resumen, con la tarea de hacer limpieza.
Ricca, de 57 años, nativo de la diócesis de Brescia, procede de la carrera diplomática. Ha prestado servicio durante quince años en nunciaturas de distintos países, antes de ser llamado al Vaticano, a la secretaría de Estado. Pero conquistó la confianza de Bergoglio realizando otra función: al inicio como director de la residencia de via della Scrofa en la que se alojaba el arzobispo de Buenos Aires cuando venía a Roma de visita, y ahora como director de la Domus Sanctæ Marthæ, en la cual Francisco ha decidido vivir como Papa.
Antes del nombramiento se le había presentado a Francisco, como es habitual en estos casos, el fascículo personal sobre Ricca, donde no había visto nada inapropiado. Había escuchado a varias personalidades de la curia y nadie había levantado objeciones.
Sin embargo, apenas una semana después de haber nombrado al "prelado", en los mismos días en que se reunía con los nuncios apostólicos llegados a Roma de todas partes del mundo, el Papa fue informado, a través de distintas fuentes, de hechos del pasado de Ricca por él desconocidos hasta ese momento, y de tal magnitud que podían dañar seriamente al mismo Papa y su voluntad de reforma.
Al conocer los hechos, los sentimientos que el Papa Francisco ha expresado han sido tanto de dolor por haber sido mantenido sin ser informado de actos tan graves, como de voluntad de reparar al nombramiento por él realizado.
COMO SI FUERA UNA TELENOVELA
El periodo negro en la historia personal de Ricca es el que transcurrió en Uruguay, en Montevideo, en la orilla norte del Rio de la Plata, frente a Buenos Aires.
Ricca llegó a esa nunciatura en 1999, cuando el mandato del nuncio Francesco De Nittis llegaba a su término. En precedencia había prestado servicio en las misiones diplomáticas de Congo, Argelia, Colombia y, por último, Suiza.
En este país, en Berna, había conocido y estrechado amistad con un capitán del ejército suizo, Patrick Haari. Ambos llegaron a Uruguay juntos, y Ricca pidió que también a su amigo se le diese una función y un alojamiento en la nunciatura.
El nuncio rechazó la petición, pero pocos meses después se jubiló y Ricca, que se quedó como encargado de negocios "ad interim" mientras llegaba el nuevo nuncio, le asignó un alojamiento en la nunciatura y le dio un empleo regular con sueldo.
En el Vaticano dejaron hacer. En ese periodo, Giovanni Battista Re, futuro cardenal, era el sustituto en la secretaría de Estado para los asuntos generales, y también él era nativo de la diócesis de Brescia.
Las patentes relaciones de intimidad entre Ricca y Haari escandalizaban a muchos obispos, sacerdotes y laicos de ese pequeño país, incluidas las religiosas que se ocupaban de la nunciatura.
También el nuevo nuncio, el polaco Janusz Bolonek, que había llegado a Montevideo a principios del año 2000, inmediatamente encontró intolerable ese "ménage" e informó a las autoridades vaticanas, insistiendo varias veces para que Haari se fuera. Pero fue inútil, vista la relación de éste con Ricca.
En los primeros meses del 2001 Ricca tuvo más de un accidente a causa de su conducta desatinada. Un día, yendo como ya había hecho otras veces – a pesar de las advertencias recibidas – al Bulevar Artigas, a un local de encuentro entre homosexuales, fue agredido y tuvo que llamar a unos sacerdotes para que le ayudaran y lo llevaran a la nunciatura, con el rostro tumefacto.
En agosto del mismo año tuvo lugar otro accidente. En plena noche el ascensor de la nunciatura se bloqueó y a primera hora de la mañana tuvieron que acudir los bomberos, los cuales encontraron atrapado en la cabina junto a monseñor Ricca a un joven que las autoridades de la policía identificaron.
El nuncio Bolonek pidió de inmediato el alejamiento de Ricca de la nunciatura y el despido de Haari, obteniendo vía libre por parte del secretario de Estado, el cardenal Angelo Sodano.
Ricca, aunque reacio, fue trasladado a la nunciatura de Trinidad y Tobago, donde permaneció hasta 2004. También aquí entró en conflicto con el nuncio. Al final fue llamado al Vaticano y expulsado del servicio diplomático de campo.
En lo que respecta a Haari, cuando dejó la nunciatura pretendió que unos baúles de su propiedad fueran enviados al Vaticano, a la dirección de monseñor Ricca, como equipaje diplomático. El nuncio Bolonek se negó y los baúles fueron depositados en un edificio externo a la nunciatura, donde permanecieron durante unos años hasta que, desde Roma, Ricca dijo que ya no quería tener nada que ver con ellos.
Cuando se abrieron los baúles para eliminar el contenido – siguiendo una decisión del nuncio Bolonek – se encontraron en ellos una pistola, que fue entregada a las autoridades uruguayas y, además de efectos personales, una cantidad ingente de preservativos y de material pornográfico.
En Uruguay, los hechos arriba referidos son conocidos por decenas de personas: obispos, sacerdotes, religiosas, laicos, sin contar las autoridades civiles, desde las fuerzas de seguridad a los bomberos. Muchas de estas personas han tenido una experiencia directa con estos hechos en distintos momentos.
Pero en el Vaticano también hay quien los conoce. Según dicen en Roma, el nuncio de ese momento, Bolonek, siempre se había expresado con severidad respecto a Ricca.
Pues bien, a pesar de todo, una capa de silencio público ha cubierto hasta hoy estos hechos de monseñor.
En Uruguay hay quien respeta la consigna de silencio por escrúpulo de conciencia; quien por deber de oficio y quien calla porque no quiere poner bajo una luz negativa ni a la Iglesia ni al Papa.
Pero hay quien, en el Vaticano, ha promovido de manera activa esta operación de encubrimiento, frenando las investigaciones desde esa época hasta hoy, ocultando los informes del nuncio y manteniendo inmaculado el fascículo personal de Ricca, facilitando, de este modo, que Ricca tuviera una nueva y prestigiosa carrera.
Después de su vuelta a Roma, monseñor Ricca fue situado entre el personal diplomático que prestaba servicio en la secretaría de Estado: inicialmente, desde 2005, en la primera sección, la de asuntos generales; después, a partir de 2008, en la segunda sección, la de relaciones con los Estados y después, de nuevo, a partir de 2012, en la primera sección, con un estatus de alto nivel, el de consejero de nunciatura de primera clase.
Entre las tareas que le fueron asignadas estaba la del control de los gastos de las nunciaturas. También por esto nació esa fama de moralizador incorruptible que le asignaron los medios de comunicación de todo el mundo tras la noticia de su nombramiento como "prelado" del IOR.
Además, a partir de 2006, se le confió la dirección de una residencia para cardenales, obispos y sacerdotes de visita en Roma; después, de dos y, al final, de tres. Entre ellas, la de Santa Marta. Esto le permitió tejer una densa red de relaciones con los más altos niveles de la jerarquía católica de todo el mundo.
Para Ricca, su nombramiento como "prelado" del IOR ha sido la cima de ésta, su segunda carrera.
Pero ha sido también el inicio del fin. Para la gran cantidad de personas intachables que conocían su pasado escandaloso, la noticia de su promoción fue motivo de gran amargura, que se agudizó aún más porque anunciaba daños en perjuicio de la ardua empresa que el Papa ha empezado de purificación de la Iglesia y de reforma de la curia romana.
Por esta razón algunos han considerado que era su deber decir al Papa la verdad, seguros de que éste decidirá en consecuencia.
__________________________________
Los siguientes párrafos los he tomado de: chiesa.espresso.repubblica.it/
En ellos se encuentran más pruebas...
- acerca del concepto expresado por el Papa Francisco sobre los homosexuales, especialmente de los que trabajan en el Vaticano,
- y de cómo actúa el lobby gay para aislarlo al Papa y dañar la imagen de la Iglesia.
SOBRE EL CASO RICCA Y LOS "LOBBIES GAYS"
Otro bloque de respuestas se refirió a los "lobbies gay" en el Vaticano, y al caso de monseñor Battista Ricca, nombrado por el Papa como prelado del IOR (Instituo para Obras Religiosas), antes que salieran a la luz sus pasatiempos escandalosos.
Ningún prejuicio contra los homosexuales, pero no a los lobbies gay: no son buenos. Esto dijo en síntesis Francisco a los periodistas.
En general, sobre los gays y sobre los lobbies el Papa se expresó de este modo:
“Se escribe tanto sobre el lobby gay. Hasta ahora, no he encontrado en el Vaticano quien haya escrito ‘gay´ en su documento de identidad. Es necesario distinguir entre el ser gay, tener esta tendencia, y hacer lobby. Los lobbies, todos los lobbies, no son buenos. Si una persona es gay y con buena voluntad busca al Señor, ¿quién soy yo para juzgarlo? El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que no se debe discriminar a las personas gays, sino que se las debe acoger. El problema no es tener esta tendencia, el problema es hacer lobby y esto vale para éste como para los lobbies de negocios, los lobbies políticos, los lobbies masónicos”.
Mientras que sobre el caso específico de Ricca dijo:
“En el caso de monseñor Ricca hice lo que el Derecho canónico indica que hay que hacer: una investigación previa. No se encontró nada de lo que se le acusaba. No hemos encontrado nada. Muchas veces en la Iglesia se buscan los pecados de juventud y luego se publican. No estamos hablando de delitos ni de de crímenes, como los abusos sobre menores (que son otra cosa), sino de pecados. Pero si una persona laica, sacerdote o monja cometió un pecado y luego se ha convertido y se ha confesado, el Señor perdona y olvida. Por eso nosotros no tenemos de derecho de no olvidar, porque de otro modo corremos el riesgo que el Señor no se olvide de nuestros pecados. Tantas veces pienso en san Pedro, quien cometió el pecado más grave: renegó de Cristo. Sin embargo, llegó a ser Papa. Pero repito, sobre monseñor Ricca no hemos encontrado nada”.
Francisco no agregó más nada. No dijo que los hechos atribuidos a monseñor Ricca son falsos. Simplemente dijo que de esos hechos “no se ha encontrado nada” en la documentación que le acercaron en el Vaticano.
Pero dado que – como el Papa sabe bien ahora – sobre esos hechos se encuentra todo en la documentación de la nunciatura pontificia en Montevideo, documentación que fue enviada a su debido tiempo también a Roma, la deducción es obvia: en el Vaticano actuó un lobby que hizo desaparecer las huellas.
Tampoco el Papa ha confirmado su confianza en monseñor Ricca ni ha declarado concluido el caso. Todo lo contrario. Los “pecados de juventud” pueden ser perdonados, ha dicho el Papa. Pero solamente a quien los confiesa sinceramente y se arrepiente, como hizo san Pedro, no a quien ha hecho y hace de todo para ocultarlos, desfigurarlos, eliminarlos, con el auxilio de un lobby poderoso que hasta ahora no se da por vencido. Uno de esos lobbies, el adjetivo no importa, que el papa Francisco dijo una vez más que quiere extirparlo de la curia vaticana.
En el último número de L'Espresso, el semanario que ha destapado el caso, no se había escrito nada diferente:
“En la Iglesia no existe en absoluto una hostilidad preconcebida contra los homosexuales que viven en castidad, ya sean sacerdotes, obispos, cardenales; esto es tan cierto que, de manera pacífica, varios de ellos han ocupado y ocupan cargos importantes. Lo que la Iglesia no acepta es que personas consagradas, las cuales se han comprometido públicamente al celibato y la castidad 'para el Reino de los Cielos', traicionen esta promesa. Cuando la traición es pública, se convierte en escándalo. Y para sanarlo la Iglesia exige un recorrido penitencial que empieza con el arrepentimiento, no con la falsificación, la ocultación, el engaño, peor aún si se realiza con la complicidad de otros, en un 'lobby' de intereses cruzados, lícitos e ilícitos”.
El prelado del lobby gay
de Sandro Magister
ROMA, 18 de julio de 2013 – "En la curia se habla de 'lobby gay'. Y es verdad, existe. Veremos qué podemos hacer", dijo Francisco el 6 de junio a unos religiosos latinoamericanos a los que había recibido en audiencia.
Y más: "No es fácil. Aquí hay muchos ‘amos’ del Papa y con mucha antigüedad de servicio", ha confiado hace algunos días a su amigo argentino y ex alumno Jorge Milia.
Efectivamente, algunos de estos "amos" han urdido, en detrimento de Jorge Mario Bergoglio, el más cruel y pérfido engaño desde su elección como Papa.
Le han ocultado información importante que, de haberla tenido a tiempo, habría evitado que nombrara a monseñor Battista Ricca "prelado" del Instituto para las Obras de Religión.
Con este nombramiento, hecho público el 15 de junio, Francisco quería situar dentro del IOR a una persona de su confianza en una función clave, con el poder de acceder a todos los actos y documentos, y de asistir a todas las reuniones, ya sea de la comisión cardenalicia de vigilancia, como del consejo de sobreintendencia, es decir, de la junta del devastado “banco” vaticano. En resumen, con la tarea de hacer limpieza.
Ricca, de 57 años, nativo de la diócesis de Brescia, procede de la carrera diplomática. Ha prestado servicio durante quince años en nunciaturas de distintos países, antes de ser llamado al Vaticano, a la secretaría de Estado. Pero conquistó la confianza de Bergoglio realizando otra función: al inicio como director de la residencia de via della Scrofa en la que se alojaba el arzobispo de Buenos Aires cuando venía a Roma de visita, y ahora como director de la Domus Sanctæ Marthæ, en la cual Francisco ha decidido vivir como Papa.
Antes del nombramiento se le había presentado a Francisco, como es habitual en estos casos, el fascículo personal sobre Ricca, donde no había visto nada inapropiado. Había escuchado a varias personalidades de la curia y nadie había levantado objeciones.
Sin embargo, apenas una semana después de haber nombrado al "prelado", en los mismos días en que se reunía con los nuncios apostólicos llegados a Roma de todas partes del mundo, el Papa fue informado, a través de distintas fuentes, de hechos del pasado de Ricca por él desconocidos hasta ese momento, y de tal magnitud que podían dañar seriamente al mismo Papa y su voluntad de reforma.
Al conocer los hechos, los sentimientos que el Papa Francisco ha expresado han sido tanto de dolor por haber sido mantenido sin ser informado de actos tan graves, como de voluntad de reparar al nombramiento por él realizado.
COMO SI FUERA UNA TELENOVELA
El periodo negro en la historia personal de Ricca es el que transcurrió en Uruguay, en Montevideo, en la orilla norte del Rio de la Plata, frente a Buenos Aires.
Ricca llegó a esa nunciatura en 1999, cuando el mandato del nuncio Francesco De Nittis llegaba a su término. En precedencia había prestado servicio en las misiones diplomáticas de Congo, Argelia, Colombia y, por último, Suiza.
En este país, en Berna, había conocido y estrechado amistad con un capitán del ejército suizo, Patrick Haari. Ambos llegaron a Uruguay juntos, y Ricca pidió que también a su amigo se le diese una función y un alojamiento en la nunciatura.
El nuncio rechazó la petición, pero pocos meses después se jubiló y Ricca, que se quedó como encargado de negocios "ad interim" mientras llegaba el nuevo nuncio, le asignó un alojamiento en la nunciatura y le dio un empleo regular con sueldo.
En el Vaticano dejaron hacer. En ese periodo, Giovanni Battista Re, futuro cardenal, era el sustituto en la secretaría de Estado para los asuntos generales, y también él era nativo de la diócesis de Brescia.
Las patentes relaciones de intimidad entre Ricca y Haari escandalizaban a muchos obispos, sacerdotes y laicos de ese pequeño país, incluidas las religiosas que se ocupaban de la nunciatura.
También el nuevo nuncio, el polaco Janusz Bolonek, que había llegado a Montevideo a principios del año 2000, inmediatamente encontró intolerable ese "ménage" e informó a las autoridades vaticanas, insistiendo varias veces para que Haari se fuera. Pero fue inútil, vista la relación de éste con Ricca.
En los primeros meses del 2001 Ricca tuvo más de un accidente a causa de su conducta desatinada. Un día, yendo como ya había hecho otras veces – a pesar de las advertencias recibidas – al Bulevar Artigas, a un local de encuentro entre homosexuales, fue agredido y tuvo que llamar a unos sacerdotes para que le ayudaran y lo llevaran a la nunciatura, con el rostro tumefacto.
En agosto del mismo año tuvo lugar otro accidente. En plena noche el ascensor de la nunciatura se bloqueó y a primera hora de la mañana tuvieron que acudir los bomberos, los cuales encontraron atrapado en la cabina junto a monseñor Ricca a un joven que las autoridades de la policía identificaron.
El nuncio Bolonek pidió de inmediato el alejamiento de Ricca de la nunciatura y el despido de Haari, obteniendo vía libre por parte del secretario de Estado, el cardenal Angelo Sodano.
Ricca, aunque reacio, fue trasladado a la nunciatura de Trinidad y Tobago, donde permaneció hasta 2004. También aquí entró en conflicto con el nuncio. Al final fue llamado al Vaticano y expulsado del servicio diplomático de campo.
En lo que respecta a Haari, cuando dejó la nunciatura pretendió que unos baúles de su propiedad fueran enviados al Vaticano, a la dirección de monseñor Ricca, como equipaje diplomático. El nuncio Bolonek se negó y los baúles fueron depositados en un edificio externo a la nunciatura, donde permanecieron durante unos años hasta que, desde Roma, Ricca dijo que ya no quería tener nada que ver con ellos.
Cuando se abrieron los baúles para eliminar el contenido – siguiendo una decisión del nuncio Bolonek – se encontraron en ellos una pistola, que fue entregada a las autoridades uruguayas y, además de efectos personales, una cantidad ingente de preservativos y de material pornográfico.
En Uruguay, los hechos arriba referidos son conocidos por decenas de personas: obispos, sacerdotes, religiosas, laicos, sin contar las autoridades civiles, desde las fuerzas de seguridad a los bomberos. Muchas de estas personas han tenido una experiencia directa con estos hechos en distintos momentos.
Pero en el Vaticano también hay quien los conoce. Según dicen en Roma, el nuncio de ese momento, Bolonek, siempre se había expresado con severidad respecto a Ricca.
Pues bien, a pesar de todo, una capa de silencio público ha cubierto hasta hoy estos hechos de monseñor.
En Uruguay hay quien respeta la consigna de silencio por escrúpulo de conciencia; quien por deber de oficio y quien calla porque no quiere poner bajo una luz negativa ni a la Iglesia ni al Papa.
Pero hay quien, en el Vaticano, ha promovido de manera activa esta operación de encubrimiento, frenando las investigaciones desde esa época hasta hoy, ocultando los informes del nuncio y manteniendo inmaculado el fascículo personal de Ricca, facilitando, de este modo, que Ricca tuviera una nueva y prestigiosa carrera.
Después de su vuelta a Roma, monseñor Ricca fue situado entre el personal diplomático que prestaba servicio en la secretaría de Estado: inicialmente, desde 2005, en la primera sección, la de asuntos generales; después, a partir de 2008, en la segunda sección, la de relaciones con los Estados y después, de nuevo, a partir de 2012, en la primera sección, con un estatus de alto nivel, el de consejero de nunciatura de primera clase.
Entre las tareas que le fueron asignadas estaba la del control de los gastos de las nunciaturas. También por esto nació esa fama de moralizador incorruptible que le asignaron los medios de comunicación de todo el mundo tras la noticia de su nombramiento como "prelado" del IOR.
Además, a partir de 2006, se le confió la dirección de una residencia para cardenales, obispos y sacerdotes de visita en Roma; después, de dos y, al final, de tres. Entre ellas, la de Santa Marta. Esto le permitió tejer una densa red de relaciones con los más altos niveles de la jerarquía católica de todo el mundo.
Para Ricca, su nombramiento como "prelado" del IOR ha sido la cima de ésta, su segunda carrera.
Pero ha sido también el inicio del fin. Para la gran cantidad de personas intachables que conocían su pasado escandaloso, la noticia de su promoción fue motivo de gran amargura, que se agudizó aún más porque anunciaba daños en perjuicio de la ardua empresa que el Papa ha empezado de purificación de la Iglesia y de reforma de la curia romana.
Por esta razón algunos han considerado que era su deber decir al Papa la verdad, seguros de que éste decidirá en consecuencia.
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Queridos amigos:
ESPERO QUE TODA ESTA DOCUMENTACIÓN LES HAYA SIDO ÚTIL PARA CONVENCERSE DE QUE, MUCHAS VECES, EL PAPA ES EL ÚLTIMO EN ENTERARSE DE LOS ESCÁNDALOS PROTAGONIZADOS POR RELIGIOSOS.
LA DECISIÓN DEL PAPA FRANCISCO, DE NO RESIDIR EN EL PALACIO PONTIFICIO, SINO EN LA HABITACIÓN DEL HOTEL DONDE SE ALOJÓ DURANTE EL CÓNCLAVE, OBEDEZCA, TAL VEZ, A LA NECESIDAD DE CONTACTAR MÁS DIRECTAMENTE CON LA GENTE, LAICOS Y RELIGIOSOS, PARA MANTENERSE INFORMADO DE PRIMERA MANO, EN LUGAR DE VIVIR COMO "ENJAULADO" DENTRO DE UN SUNTUOSO PALACIO PONTIFICIO, DONDE LES SERÁ MÁS FÁCIL A SUS BOICOTEADORES MANTENERLO AL MARGEN DE INFORMACIONES DE VITAL IMPORTANCIA PARA EL ACERTADO GOBIERNO DE LA IGLESIA, COMO DESGRACIADAMENTE HA OCURRIDO YA EN OTROS PONTIFICADOS.
Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva
Cel.: 0985 24 26 01
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