Queridos amigos y lectores:
Les envío el primero de dos artículos que preparé sobre estas plagas mortíferas que, con demasiada frecuencia, infestan nuestra sociedad: LAS MENTIRAS, LOS BULOS Y LOS HOAX.
Cuando
nos dirigimos a un público, ya sea como profesores, oradores, pastores,
políticos, empresarios, o en cualquier otro rol personal o comunitario,
debemos evitar, como la peste, LAS MENTIRAS.
La mentira es toda afirmación falsa, deliberadamente transmitida, para conseguir algún objetivo mediante el engaño.
La mentira es extremadamente frecuente en los políticos, los
cuales, utilizando hábilmente los recursos del arte y la ciencia de la
oratoria, consiguen arrastrar multitudes que, ilusionadas y esperanzadas
les brindan su voto, pero no siempre cumplen sus promesas.
Las cuatro reglas de la Oratoria son:
La primera: convencer, es decir, hacer que le crean lo que dice.
Las cuatro reglas de la Oratoria son:
La primera: convencer, es decir, hacer que le crean lo que dice.
La segunda: deleitar, agradar al público por la manera de decirlo.
La tercera: conmover, despertar variadas emociones.
La tercera: conmover, despertar variadas emociones.
La cuarta: mover, conseguir que el público actúe, colabore, vote.
Utilizando estos recursos hábilmente, los oradores consiguen ser creídos, admirados y favorecidos en las urnas por multitudes de ciudadanos, que cayeron en las garras de su estrategia tramposa.
Utilizando estos recursos hábilmente, los oradores consiguen ser creídos, admirados y favorecidos en las urnas por multitudes de ciudadanos, que cayeron en las garras de su estrategia tramposa.
Eso nos pasó en Paraguay con Lugo, y les pasó a los estadounidenses con Obama.
Los dos colmaron de ilusiones y de falsas promesas a millones de ciudadanos que hoy, con honda y terrible decepción, se encuentran sufriendo las consecuencias del engaño del que han sido víctimas.
Lugo mintió fingiendo ser un buen obispo firmemente arraigado en los principios evangélicos,y en la Doctrina social de la Iglesia, dando a entender que:
Y la masa ciudadana, convencida, emocionada y resuelta a votar por este obispo, como resultado de su mendaz oratoria, gritaba y saltaba de júbilo, como si Paraguay acabara de consagrarse Campeón Mundial de Fútbol.
¡Deliraban estas pobres personas, no dándose cuenta de que estaban siendo violadas, en su buena fe, por este bandido!
Después afloraron sus mentiras:
- sus discursos, dirigidos al poderoso movimiento "Resistencia Ciudadana", tenían como finalidad solamente denunciar la corrupción,
- pero que jamás había pensado en candidatarse a la Presidencia de la República;
- después fingió que dejaría el sacerdocio para convertirse en candidato a la Presidencia, "si el Pueblo se lo pedía"; se juntaron miles de firmas que pedían eso y
- ¡entonces decidió hacer lo que, según él, no quería: dejar su vocación sacerdotal.
- Pero dejó bien en claro que, si resultaba electo, al terminar su mandato, retornaría a un monasterio o algo así.
- Finalmente, desacatando la autoridad del Papa, que no le obligó a ser cura, en actitud rebelde renunció al sacerdocio,
- se erigió en candidato fingiendo absoluta honestidad cristiana, cerrando su campaña electoral con estas palabras:
Y la masa ciudadana, convencida, emocionada y resuelta a votar por este obispo, como resultado de su mendaz oratoria, gritaba y saltaba de júbilo, como si Paraguay acabara de consagrarse Campeón Mundial de Fútbol.
¡Deliraban estas pobres personas, no dándose cuenta de que estaban siendo violadas, en su buena fe, por este bandido!
Después afloraron sus mentiras:
- había practicado relaciones sexuales, embarazando a mujeres, siendo cura y obispo;
- era simpatízante de Hugo Chávez, de Rodríguez Zapatero y de Pedro Zerolo y, por fin,
- salió, del closet político, mostrando todas sus hilachas de marxista-leninista, fiel amigo de Fidel Castro, cuyo modelo de estado ansiaba imponer en Paraguay,
- incluyendo el plan de banalizar la sexualidad y de destruir la familia por medio del Marco Rector Sexual, libertino, inmoral y aberrante, que él no vaciló en firmar.
Pero él decía que...¡no quería abandonar a Cristo, ni su vocación sacerdotal!
¡¡A otro perro con ese hueso, Monseñor Lugo!!
Obama mintió fingiendo ser un visionario, no un político, sino un mesías, (igual que Lugo),
- capaz de reconstruir los Estados Unidos.
- Se hacía acompañar de un Pastor evangélico, el reverendo Jeremiah Wright, el pastor negro que casó a Barack con su mujer, Michelle, y posteriormente bautizó a sus dos hijas,
- al cual lo presentaba en su campaña como su guía espiritual, ante el cual y delante de las multitudes, pronunciaba sus vehementes discursos, llenos de
- encendidas palabras que hablaban de cambio, de honestidad, de justicia, de poner fin a la guerra y al dominio del dinero, etc. etc.
- Resultó electo, y meses después le dieron un absurdo Premio Nóbel de la Paz.
Pero no hablaba
- de su plan de homosexualizar el planeta,
- ni el de universalizar el aborto como derecho humano,
- ni el de perseguir implacablemente a la Iglesia católica,
- o el de pretender desatar una guerra contra Siria, todo lo cual ocurrió después de haber sido ya elegido Presidente.
- Desencadenó una turbulenta ruptura con su antiguo pastor, el reverendo Wright, por haber éste declarado ciertos
- puntos que Obama no deseaba ventilar durante su campaña.
- Para tapar más aún todo lo que podía desnudar su verdadera identidad y su pasado nada ejemplar,
Obama comenzó a fingir, mejor aún, una personalidad límpida, honesta y
ejemplar: más la de un místico visionario que la de un político.
La canción se publicó en youtube y Dipdive.com en febrero de 2008 por will.i.am, integrante del grupo de hip hop Black Eyed Peas, bajo el nombre de usuario "WeCan08". (Wikipedia)
Semejante soporte artístico intensificaba al límite, por el
poder cautivante de la música y de sus intérpretes, el caudal emotivo de este
slogan:
"Yes, we can!", "¡Sí, podemos!
Pero la ciudadanía estafada, viendo cómo se desenvolvía este mentiroso, falso demócrata que comenzó a adoptar estrategias nazifacistas y totalitarias, como la de obligar a todos los hospitales católicos de los EE.UU. a practicar el aborto, confiscando a los profesionales, médicos y directivos de dichos nosocomios, el derecho de apelar a la "objeción de conciencia"; y, como si todo fuera poco, no se abstuvo de manifestar su indiscutible tendencia ideológica que podría resumirse en estas palabras: "homosexuales, sí; matrimonios cristianos, no"; ni pudo tampoco disimular su fogosa locura de pretender atacar a Siria (con su Premio Nóbel en la mano...)
LAS BURLAS NO SE HICIERON ESPERAR.
Se mofaron hasta del eslogan de su campaña "Yes we can!", otrora tan entusiasmante y casi espiritual.
Se mofaron hasta del eslogan de su campaña "Yes we can!", otrora tan entusiasmante y casi espiritual.
Y aparecieron viñetas de burla, como esta, en dos idiomas, para que todos puedan entender su contenido:
Esto es una parodia cargada de burla, al eslogan de Obama, cuando, en su campaña, las multitudes, exclamaban con fervor parecido al rezo de una santa letanía:
"WES WE CAN!" ¡SÍ PODEMOS!
En la viñeta superior, aprovechando el autor la semejanza de sonido entre:
"we can" (podemos) y
"we want" (deseamos), idearon la burla:
_____________________________
OBAMA SÍ PODEMOS.
Asesinar a cualquiera queremos;
en cualquier lugar queremos;
en cualquier momento queremos.
Y NADIE PODRÁ DETENERNOS._______
en cualquier lugar queremos;
en cualquier momento queremos.
Y NADIE PODRÁ DETENERNOS._______
Ni se imaginaba Obama que esa "santa letanía" de su falsa campaña electoral, años después sería objeto de burla, por su locura de
- pretender obligar a todo el mundo a pensar como él, y
- estar ávido de desatar una guerra atacando a Siria.
______________________________ ______________
Tampoco imaginaba que un Papa llamado Francisco, iba a copiar, deliberadamente o no, su eslogan de "Yes, we can!", en una grandiosa homilía pronunciada en la Plaza de San Pedro, convocando a todo el mundo, a una jornada de ayuno y oración por la paz en Siria y en el Medio Oriente.
Tampoco imaginaba que un Papa llamado Francisco, iba a copiar, deliberadamente o no, su eslogan de "Yes, we can!", en una grandiosa homilía pronunciada en la Plaza de San Pedro, convocando a todo el mundo, a una jornada de ayuno y oración por la paz en Siria y en el Medio Oriente.
Les pidió esto a todos, sin distingos de religiones, incluso a agnósticos y ateos: todos estos segmentos, aceptaron su convocatoria, haciéndolo cada cual a su estilo.
Aquella fue una homilía:
convincente,
emotiva y
motivadora, como manda la oratoria,
¡PERO SIN MENTIRAS! para exhortar al mundo a oponerse a la guerra que este hombre, ya desequilibrado y perturbado, se disponía a iniciar.
Tampoco imaginaba Obama, que ese Papa también iba a exclamar con firmeza:
"Sí podemos", pero para referirse a
evitar la guerra y establecer la paz.
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ESTA ES LA NOTICIA DE LA CONVOCATORIA:
El Papa convoca jornada de ayuno y oración por la paz en Siria, Medio Oriente y el mundo.
En un pasaje de su convocatoria exclamó con voz muy firme:
"Hay un juicio de Dios y también un juicio de la historia sobre nuestras
acciones, del que no se puede escapar". "El uso de la violencia nunca trae la paz. ¡La guerra llama a la guerra, la violencia llama a la violencia!"
Y YA EN PLENA JORNADA DE ORACIÓN EN LA PLAZA DE SAN PEDRO
En la noche del 7 de setiembre de 2013, ante 100 mil personas de todos los credos, que acudieron a orar con él, por la paz en Siria y en el Medio Oriente, el Papa les dirigió un profundo y valioso Mensaje.
En esa ferviente alocución, parodiando el ya caduco y falso eslogan "Yes We Can" ( Sí, podemos), del ya declinante Barack Obama,
el Papa Francisco dijo:
"Cuando el hombre piensa sólo en sí mismo, en sus propios intereses y se pone en el centro, cuando se deja fascinar por los ídolos del dominio y del poder, cuando se pone en el lugar de Dios, entonces altera todas las relaciones, arruina todo; y abre la puerta a la violencia, a la indiferencia, al enfrentamiento.
También hoy nos dejamos llevar por los ídolos, por el egoísmo, por nuestros intereses; y esta actitud va a más: hemos perfeccionado nuestras armas, nuestra conciencia se ha adormecido, hemos hecho más sutiles nuestras razones para justificarnos. Como si fuese algo normal, seguimos sembrando destrucción, dolor, muerte. La violencia, la guerra traen sólo muerte, hablan de muerte. La violencia y la guerra utilizan el lenguaje de la muerte.
Y en estas circunstancias, me pregunto:
¿Es posible seguir el camino de la paz?
¿Podemos salir de esta espiral de dolor y de muerte?
¿Podemos aprender de
nuevo a caminar por las sendas de la paz?
Invocando la ayuda de Dios, bajo la mirada materna de María Reina de la paz, quiero responder:
Invocando la ayuda de Dios, bajo la mirada materna de María Reina de la paz, quiero responder:
¡Sí, es posible para todos!
Esta noche me gustaría que, desde todas las partes de la tierra, gritásemos:
¡Sí, es posible para todos!
Más aún, quisiera que cada uno de nosotros, desde el más pequeño hasta el más grande, incluidos aquellos que están llamados a gobernar las naciones, dijese:
¡Sí, queremos!
(En
este punto yo "escuchaba" en mi mente, como un eco ya muy lejano, las voces de
las multitudes que, aún ilusionadas, le seguían a Obama, con un enorme fervor, casi
religioso y místico, gritando:
Yes We can! Yes We can! Yes we can!).
Yes We can! Yes We can! Yes we can!).
El Papa prosiguió:
"¡Cómo quisiera que, por un momento, todos los hombres y las mujeres de buena voluntad mirasen la Cruz! Allí se puede leer la respuesta de Dios: allí, a la violencia no se ha respondido con violencia, a la muerte no se ha respondido con el lenguaje de la muerte. En el silencio de la Cruz calla el fragor de las armas y habla el lenguaje de la reconciliación, del perdón, del diálogo, de la paz".
"Quisiera pedir al Señor, esta noche, que nosotros cristianos, y los hermanos de las otras religiones, todos los hombres y mujeres de buena voluntad gritasen con fuerza:
¡La violencia y la guerra nunca son el camino para la paz!
¡Que se acabe el sonido de las armas! La guerra significa siempre el fracaso de la paz, es siempre una derrota para la humanidad.
Resuenen una vez más las palabras de Pablo VI:
«Nunca más los unos contra los otros; jamás, nunca más…
¡Nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra!»
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Queridos amigos:
¡Cuánta diferencia existe entre un hombre que habla con la mentira en sus labios, y otro que habla con la Verdad en su corazón!
Cordiales saludos;
Dr. Francisco Oliveira y Silva
Cel.: 0985 24 26 01
Cel.: 0985 24 26 01
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