lunes, 29 de septiembre de 2014

29 DE SETIEMBRE: FESTIVIDAD DE LOS ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL, Y RAFAEL



Queridos amigos y lectores:
El Papa Francisco, ante la presencia de su predecesor, inauguró una estatua 
de San Miguel Arcángel en los Jardines Vaticanos. Y puso a la Ciudad del Vaticano 
bajo la protección de San José y del Arcángel San Miguel.


HOY CELEBRAMOS LA FESTIVIDAD DE LOS TRES ARCÁNGELES
  • MIGUEL   : Guerrero de Dios.
  • GABRIEL Mensajero de Dios, Fortaleza de Dios.
  • RAFAEL   :  Medicina de Dios.
Verán por qué llevan esos nombres, a través de la explicación que nos da San Gregorio Magno en sus Homilías.
Elegí este material, porque en un punto del mismo trae la narración de los hechos  en los idiomas
  • GRIEGO........    : κα γένετο πόλεμος ν τ οραν
  • LATÍN...........     : Et factum est proelium in caelo
  • CASTELLANO... : Se declaró la guerra en el cielo
Antes de seguir, les recomiendo copiar y aprenderse de memoria la Oración a San Miguel Arcángel que viene en la viñeta de abajo, porque dicha Oración la compuso el Papa León XIII, después de una experiencia terrorífica que tuvo en relación con el poder del Maligno contra de la Iglesia, y contra las personas de bien. Se aconseja rezar esta plegaria en los momentos difíciles como el que está atravesando en estos meses la Iglesia Paraguaya.

HE TOMADO ESTE BELLO PASAJE

Del hermoso blog:  
Evangelizadoras de los apóstoles
Un espacio para recrear lo sagrado y lo profano con ojos de mujer. Somos un grupo ecuménico en búsqueda de la justicia e igualdad.Respetamos la opinión, de los autores aunque no necesariamente estemos de acuerdo.
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San Gregorio Magno, en sus Homilías sobre los Evangelios 34, 7-10, habla sobre los ángeles.
Él nos informa del significado de los nombres de los arcángeles cuya fiesta celebramos hoy. Los tres nombres son hebreos. Así dice Gregorio Magno:

Miguel significa ¿quién como Dios?; Gabriel, la fortaleza de Dios; y Rafael, la medicina de Dios.
Cuantas veces se realiza algo que exige un poder maravilloso, es enviado San Miguel, para que por la obra y por el nombre se muestre que nadie puede hacer lo que hace Dios. Por eso, a aquel antiguo enemigo que aspiró, en su soberbia, a ser semejante a Dios, diciendo: escalaré el cielo; sobre las estrellas de Dios levantaré mi trono; me sentaré sobre el monte del testamento, al lado del septentrión; sobrepujaré la altura de las nubes y seré semejante al Altísimo (Is 14, 13-14); al fin del mundo, para que perezca en el definitivo suplicio, será dejado en su propio poder y habrá de pelear con el Arcángel San Miguel, como afirma San Juan: se trabó una batalla con el arcángel San Miguel (Ap 12, 7). De este modo, aquél que se erigió, soberbio, e intentó ser semejante a Dios, aprenderá—derrotado por San Miguel—que nadie debe alzarse altaneramente con la pretensión de asemejarse a Dios. 

A María es enviado San Gabriel, que se llama la fortaleza de Dios, porque venía a anunciar a Aquél que se dignó aparecer humilde para pelear contra las potestades infernales. De Él dice el salmista: levantad, ¡oh príncipes!, vuestras puertas, y elevaos vosotras, ¡oh puertas de la eternidad!, y entrará el Rey de la gloria… (Sal 23, 7). Y también: el Señor de los ejércitos, ése es el Rey de la gloria (ibid. 10). Luego el Señor de los ejércitos y fuerte en las batallas, que venía a guerrear contra los poderes espirituales, debía ser anunciado por la fortaleza de Dios.

Asimismo Rafael significa, como hemos dicho, la medicina de Dios; porque cuando, haciendo oficio de médico, tocó los ojos de Tobías, hizo desaparecer las tinieblas de su ceguera. Luego es justo que se llamara medicina de Dios.




El significado de Miguel, en latín "Quis ut Deus?" (¿Quién como Dios?), suele aparecer escrito en el escudo con el que se le suele representar en su lucha contra Satanás. 
Esa lucha está relatada en el Apocalipsis de Juan 12, 7-10.

κα γένετο πόλεμος ν τ οραν, Μιχαλ κα ο γγελοι ατο το πολεμσαι μετ το δράκοντος. Κα δράκων πολέμησεν κα ο γγελοι ατο, κα οκ σχυσεν, οδ τόπος ερέθη ατν τι ν τ οραν. Κα βλήθη δράκων μέγας, φις ρχαος, καλούμενος διάβολος κα Σατανς, πλανν τν οκουμένην λην. Καὶ βλήθη ες τν γν, κα ο γγελοι ατο μετ ατο βλήθησαν. Κα κουσα φωνν μεγάλην ν τ οραν λέγουσαν, ρτι γένετο σωτηρία κα δύναμις κα βασιλεία το Θεο μν κα ξουσία το Χριστο ατο, τι βλήθη κατήγωρ τν δελφν μν, κατηγορν ατος νώπιον το θεο μν μέρας κα νυκτός.

Et factum est proelium magnum in caelo: Michaël et angeli eius proeliabantur cum dracone, et draco pugnabat, et angeli eius: et non valuerunt, neque locus inventus est eorum amplius in caelo. Et proiectus est draco ille magnus, serpens antiquus, qui vocatur diabolus, et Satanas, qui seducit universum orbem: et proiectus est in terram, et angeli eius cum illo missi sunt. Et audivi vocem magnam in caelo dicentem: Nunc facta est salus, et virtus, et regnum Dei nostri, et potestas Christi eius: quia proiectus est accusator fratrum nostrorum, qui accusabat illos ante conspectum Dei nostri die ac nocte.

Se declaró la guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; el dragón luchaba asistido de sus ángeles;pero no vencía, y perdieron su puesto en el cielo. El dragón gigante, la serpiente primitiva, llamada Diablo y Satanás, que engañaba a todo el mundo, fue arrojado a la tierra con todos sus ángeles. Escuché en el cielo una voz potente que decía: —Ha llegado la victoria, el poder y el reinado de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo; porque ha sido expulsado el que acusaba a nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche ante nuestro Dios.

En la epístola de Judas 1, 9 leemos sobre Miguel:
δ Μιχαλ ρχάγγελος, τε τ διαβόλ διακρινόμενος διελέγετο περ το μωϊσέως σώματος, οκ τόλμησεν κρίσιν πενεγκεν βλασφημίας, λλ επεν, πιτιμήσαι σοι Κύριος.

Cum Michaël Archangelus cum diabolo disputans altercaretur de Moysi corpore, non est ausus iudicium inferre blasphemiæ: sed dixit: Imperet tibi Dominus.

Ahora bien, el mismo arcángel Miguel, cuando se enfrentaba con el demonio y discutía con él, respecto del cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir contra él ningún juicio injurioso, sino que dijo solamente: «Que el Señor te reprima».


      Cordiales saludos:
      Dr. Francisco Oliveira y Silva

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