Queridos amigos y lectores:
¡Qué
necesitados estamos de contar con Pastores santos, cuya vida sea el más
luminoso argumento de lo que predican, para devolver la credibilidad a
la Iglesia.
Estamos necesitados de esta clase de gente, "como la tierra árida y sedienta, sin agua".
Que podamos estar seguros de que el sacerdote que sube al altar es un hombre realmente responsable, maduro y cumplidor de sus votos.
Así nos lo advierte el salmista: "¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño" (Salmo 24, 3-4).
El Papa Francisco está llevando a cabo la indispensable y urgentísma tarea de "limpiar la suciedad que hay en la Iglesia", mostrándose implacable con los sacerdotes y obispos pedófilos, y con los que encubren a estos delincuentes.
Jesús mismo lo dijo, recalcando la extrema gravedad de este delito: que a "quien escandalice a uno de estos niños, más le valiera que le aten una piedra al cuello y lo arrojen al fondo del mar".
EL PAPA FRANCISCO, EN UN GESTO INSÓLITO, ORDENÓ EL ARRESTO DE UN OBISPO QUE COMETIÓ EL DELITO DE PEDOFILIA.
Estamos necesitados de esta clase de gente, "como la tierra árida y sedienta, sin agua".
Que podamos estar seguros de que el sacerdote que sube al altar es un hombre realmente responsable, maduro y cumplidor de sus votos.
Así nos lo advierte el salmista: "¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño" (Salmo 24, 3-4).
El Papa Francisco está llevando a cabo la indispensable y urgentísma tarea de "limpiar la suciedad que hay en la Iglesia", mostrándose implacable con los sacerdotes y obispos pedófilos, y con los que encubren a estos delincuentes.
Jesús mismo lo dijo, recalcando la extrema gravedad de este delito: que a "quien escandalice a uno de estos niños, más le valiera que le aten una piedra al cuello y lo arrojen al fondo del mar".
EL PAPA FRANCISCO, EN UN GESTO INSÓLITO, ORDENÓ EL ARRESTO DE UN OBISPO QUE COMETIÓ EL DELITO DE PEDOFILIA.
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