Desde la infancia hemos aprendido a respetar a nuestros mayores: padres, profesores, abuelos.
Es patente el hecho de los atropellos de los alumnos a la autoridad del profesor, desobedeciéndole abiertamente, insultándole incluso, y llegando al extremo de propinarle un puñetazo, comportamiento aplaudido, compartido, y practicado también por no pocos padres.
Vivimos en la Era del vacío de autoridad, es decir , de una malsana anarquía.
En los hogares, la autoridad de los padres, otrora tan respetada, al punto de que los hijos de aquellos tiempos lejanos, obedecían sin chistar, órdenes expresadas incluso con sólo una mirada o un gesto, hoy también es conculcada: y no solo son desobedecidos los padres de hoy día, sino que también son ofendidos con palabras de grueso calibre, como si se tratara de algún desconocido o intruso que obstaculiza la libertad de los hijos.
Este panorama lamentable y decepcionante en el ámbito social, ha llegado al escándalo: ¡los mismos adultos ya no se respetan entre ellos!, lo cual es muchísimo más grave cuando esos adultos son religiosos y religiosas que, por profesión, han hecho voto de obediencia a sus superiores, pero que en esta época ya no tienen reparos en pisotear dicho voto, y rebelarse contra sus superiores.
Pero esta cuestión raya en el escándalo cuando se trata de eminentísimos purpurados que se rebelan contra la autoridad del Papa.
Los Cardenales de la Iglesia Católica son plenamente conscientes de que el Papa es elegido al amparo de las luces y el auxilio del Espíritu Santo, al cual invocan antes de proceder a las votaciones, y juran que votarán por aquél que, en conciencia crean firmemente que es el elegido por Dios.
Les invito a leer el siguiente comentario:
"Los Cardenales prometen, cuando reciben la púrpura, entregar, si fuese necesario "su sangre" por el Papa.
A algunos cardenales parece habérseles olvidado su sagrado juramento. Y se acaban de rebelar contra Francisco. En total son 7.
Por ahora, 5 lo han hecho de forma abierta y solemne, por medio de la publicación de un libro. Los otros 2, con declaraciones a la prensa".
hoy es uno de los opositores ante la prensa contra el Papa Francisco
Estos cardenales no aceptan el cambio propiciado por Francisco, con respecto a los divorciados y vueltos a casar, a los cuales la Iglesia les negaba el poder comulgar.
Francisco manifestó que él no encuentra obstáculo para que comulguen, y de eso se tratará en la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos cuyo tema es "Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización" que tendrá lugar en el Vaticano del 5 al 19 de octubre de 2014.
Los cinco Cardenales rebeldes han escrito un libro pretendiendo demostrar que es contrario a la doctrina de la Iglesia, el permitir que los divorciados vueltos a casar comulguen. Su postura es extremadamente conservadora, pero ya anacrónica.
Curiosamente, pretenden evitar
- un mal supuesto: la comunión de los divorciados vueltos a casar,
- con un mal real: la desobediencia al Papa.
Les invito a leer todo el artículo en las siguientes fuentes:
Cinco cardenales se rebelan abiertamente contra Francisco ...
Cinco cardenales se rebelan abiertamente contra Francisco
Cinco cardenales se rebelan contra el Papa - ABC.es
Cinco cardenales se rebelan abiertamente contra Francisco ...
Cinco cardenales se rebelan abiertamente contra Francisco
Cinco cardenales se rebelan contra el Papa - ABC.es
El manifiesto de los cardenales y la respuesta de Kasper ...
vaticaninsider.lastampa.it/es/reportajes-y.../sinodo-synod-sinodo-36384/
vaticaninsider.lastampa.it/es/reportajes-y.../sinodo-synod-sinodo-36384/
CONCLUSIÓN:
El 8 de marzo de 2012 tuvo lugar la presentación de mi libro "Lo que no dice la Biblia", en el cual planteo interpretaciones humanas y realistas del mensaje divino, a la luz de la Psicología, que va más allá del texto literal o de los mitos y leyendas contenidos en ese libro sagrado, para acceder al sabrosísimo mensaje sustancial contenido en sus páginas.
En el capítulo XVII propongo más de treinta sugerencias tendientes a "rejuvenecer la Iglesia".
Una de estas sugerencias, en la página 375, se refiere a "La privación de la Comunión", y allí he escrito lo siguiente:
Esta generalización no me parece procedente, debido a que hay casos en los cuales la anterior pareja -la "legal"- constituía un motivo de escándalo para los hijos, a causa de su crueldad y violencia intrahogareña; mientras que la pareja actual es una persona madura, cariñosa y abnegada con la cual se han establecido sólidos lazos de amor, que aporta seguridad económica al hogar, garantizando salud y educación para los hijos -desprotegidos en ambos campos por la anterior pareja "legal", que dilapidaba lo poco que ganaba, en mujeres y alcohol-, posibilitando -¡por fin!- la vuelta del orden, la paz, y la armonía en la vida de todos.
Pero no: no pueden comulgar, salvo que se priven de tener relaciones sexuales; con la pareja "legal" sí, podía comulgar, aunque tuvieran relaciones sexuales (ya en el nivel de animalidad).
Es una incoherencia. Se premia lo patológico, y se castiga lo normal. Además se toma, nuevamente, el sexo como la "piedra del escándalo", siendo que, como vimos, la obsesión por "el pecado del sexo", ya criticada más arriba, vuelve a aparecer aquí: "No tienen sexo", pueden comulgar aunque vivan juntos; si "tienen sexo", no pueden comulgar aún cuando dichas relaciones -a diferencia de las tenidas con la anterior pareja- no se realizan ya como "animales", sino que están motivadas por la ternura y el amor.
Debo confesar -y lo hago sin bochorno- que yo les digo a estas personas, que vayan a comulgar, haciéndome yo responsable de ello, y pidiéndole a Dios "que me pase a mí la factura" si hay algo que "pagar" en esto.
Me parece más humano comulgar en estas condiciones, que volver a la animalidad sexual y a la inseguridad física como "precio" al permiso para comulgar.
Más bien pediría que la Iglesia haga uso de su poder en este campo, y prohíba comulgar, por algún comunicado o decreto hecho público -en la prensa o en las misas-, a las autoridades y mandatarios que expolian inmisericordes al pueblo, dejando que "huérfanos y viudas" se queden sin alimentos, abrigos ni fármacos, porque estos ladrones se duermen cansados de robar, y al amanecer continúan con tan sacrílego latrocinio."
Hoy, a 7 años de haber manifestado yo mi parecer con respecto a este tema, el mismo es sujeto a revisión en el Sínodo de Obispos y, probablemente, se lo cambie, o se lo deje sin efecto.
Tengo la esperanza de que estos siete cardenales recapaciten y se comporten como es debido dentro de la Iglesia, acorde con su solemne profesión de obediencia, hasta el extremo de haber confesado estar dispuestos a derramar su sangre por el Papa.
Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva.
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