Queridos amigos y lectores:
Árbol de Navidad, de 25 metros de altura, engalana la plaza de San Pedro.
Hoy, 24 de diciembre de 2015, palpitando ya nuestros corazones por la alegría de la Nochebuena, que estamos a punto de vivir, les hago llegar mis sinceros augurios de paz, amor, y sosiego espiritual, en esta Noche Santa,
y que puedan experimentar la alegría de compartir en familia, en paz y
armonía entre todos sus integrantes, el gozo del misterio sublime de la
Encarnación del Verbo.
Que
nuestros corazones, adornados por la práctica de los más altos valores
cristianos, sean el cálido albergue que le ofrezcamos a Nuestro Divino
Niño, para que habite en ellos eternamente.
Y que no nos olvidemos de practicar el mejor de todos los valores cristianos y humanos, que es el de la Solidaridad
con los que sufren, ya sea por las inclemencias del tiempo, por la
enfermedad, por la desunión familiar, por el hambre y la pobreza, y por
tantos otros motivos.
Que
no finalice este año viejo, sin haber aportado, según nuestras propias
posibilidades, algo de lo nuestro para paliar el dolor del prójimo que
sufre.
"Todo lo que hiciereis por el más pequeño de mis hermanos, por mí lo habeis hecho".
Solamente compartiendo, es como podremos vivir, en toda su pureza, la alegría de esta celebraciones navideñas.
Les mando un sincero abrazo:
Dr. Francisco Oliveira y Silva, y Familia.
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