Queridos amigos y lectores:
EN ESTOS DÍAS ABUNDAN COMENTARIOS ACERCA DE ESTE ASUNTO
Desde que comenzó a extenderse en el mundo el Coronavirus COVID-19, comenzaron a circular en las redes sociales numerosos videos de sermones, artículos, o exposiciones de religiosos o laicos, en los que los disertantes afirman, con absoluta convicción, que esta pandemia es un castigo de Dios por las inmoralidades que abundan hoy en la Humanidad.
- Algunos identifican dichas inmoralidades citando la legalización del aborto, de la eutanasia, del matrimonio homosexual, el libertinaje sexual imperante en nuestros días, y sus inimaginables aberraciones, promovidas por la ideología comunista, o la difusión de la ideología de género.
- Otros apuntan en otra dirección acusándolo al Papa Francisco como culpable de este flagelo, por haber dejado entrar el ídolo de la Pachamama dentro de la Basílica de San pedro, o por ser un socialista disfrazado de Papa, y promotor de la teoría del calentamiento global, o de la defensa de la naturaleza, tildándolo de hereje, y pidiendo su renuncia.
Uno de mis contactos me envió un video de media hora de duración, en el cual puede verse y oírse a un famoso sacerdote católico exorcista hablando, él también, sobre este tema, y dando a entender que este flagelo es un castigo divino, aunque no lo expresa con esas palabras. Y me pide mi opinión al respecto de lo que dijo este sacerdote.
Le contesté a ese amigo, muy detalladamente, acercándole, incluso, algunos enlaces que permiten acceder a mi blog, para poder leer allí cuatro extensos artículos míos sobre estos temas tan importantes y tan candentes, y ampliar así su información..
Me pareció oportuno publicar aquí esa contestación, en la que defino mi postura al respecto.
Usaré un nombre ficticio, tanto para mi amigo, al cual le llamaré Pedro, como para el exorcista, al cual le llamaré Padre Juan.
ESTA FUE MI RESPUESTA:
Hola, Pedro:
El Papa Paulo VI, en virtud de su Magisterio, expresó que los signos de las posesiones diabólicas no consisten en gritos, temblores, contorsiones, blasfemias, desmayos, y otros fenómenos aparatosos, como pueden apreciarse en la película "El exorcista", los cuales pueden ser fingidos, o causados por alguna enfermedad mental.
Decir "teología liberal" encierra un absurdo en su mismo calificativo, ya que la Teología es la Ciencia que trata de Dios, y el concepto de Dios no puede relativizarse "a medida" del teólogo opinante, como para validar distintos enfoques, contradictorios entre sí. Es como decir: "disciplina desordenada", o "científico ignorante".
Este enfoque literalista hace que el padre Juan se equivoque muy notoriamente cuando habla de que "Dios castiga", sin haber definido antes lo que se entiende por "castigo", o "ira divina", como para atreverse a afirmar que el Coronavirus es un castigo divino.
Hoy, Viernes Santo, por la tardecita, dispongo de una pausa, y contesto tu pregunta referente a las reflexiones del Padre Juan acerca del "castigo de Dios" por los pecados, expuestas en el video que me enviaste..
Todo escritor, periodista, predicador, o articulista, antes de expresar su postura acerca de algún tema, especialmente si se trata de un asunto controversial, debe, ante todo, definir el concepto de lo que va a tratar.
Eso es indispensable, para poder argumentar con seriedad y objetividad.
Los antiguos filósofos aconsejaban: "primum defínere", primero, definir.
Y ese es el principal y más grave error que comete este sacerdote a lo largo de toda su exposición: no define lo que se entiende por "castigo" ni, mucho menos, cuál es el "sentido bíblico de castigo", ni los "diversos sentidos" de esta palabra en las distintas culturas.
Tampoco define qué se entiende por "demonio", o por "pecado", ni "cuáles pecados son merecedores del castigo de Dios.
Tratar tan solo esos puntos, ameritarían escribir un libro.
Pero seré lo más conciso y breve posible, puntualizando, para mayor claridad..
1. El padre Juan pertenece al grupo de los antiguos exorcistas, como el ya fallecido pero famoso padre Gabriele Amorth. Esos antiguos exorcistas pensaban que la "posesión diabólica" consiste en "el ingreso o introducción del demonio dentro del cuerpo de alguna persona". Ese fenómeno jamás ha ocurrido. Y los endemoniados que mencionan los Evangelios, se refieren a otro fenómeno que aquí no trataré.
Tengo dos de los libros escritos por el padre Juan, referentes a tan cuestionado tema: En ambos libros el citado sacerdote da por cierto que el demonio puede entrar en el cuerpo de las personas, fenómeno que, afortunadamente, ha sido descartado después del Concilio Vaticano II, así como ha sido descartado el antiguo Ritual Romano, porque contenía procedimientos inadecuados para tratar los casos que, erradamente, se consideraban "posesiones diabólicas".
El padre Gabriel Amorth dijo, en una entrevista: "Si yo uso el nuevo Ritual Romano, me quedo sin trabajo" (sic).
Muchos de los antiguos exorcistas, dejando de lado el nuevo Ritual Romano prescrito por la Iglesia, ¡siguen usando el que ya ha sido descartado, incurriendo así en desobediencia a la Iglesia!.
El Papa Paulo VI, en virtud de su Magisterio, expresó que los signos de las posesiones diabólicas no consisten en gritos, temblores, contorsiones, blasfemias, desmayos, y otros fenómenos aparatosos, como pueden apreciarse en la película "El exorcista", los cuales pueden ser fingidos, o causados por alguna enfermedad mental.
Los verdaderos poseídos por el diablo, según el citado Pontífice,son aquellos seres humanos malvados, mentirosos, duros de corazón, crueles, que oprimen al prójimo y lo maltratan de las más diversas formas.
Perteneciendo el padre Juan a este grupo de sacerdotes que quedó en el pasado en materia de "posesiones diabólicas", no puede ser considerado como un referente importante para emitir una opinión confiable en materia de los "castigos divinos".
2. El concepto de "infierno" , tal como lo piensa el padre Juan, dista mucho del lo que expuso en una de sus catequesis doctrinales, y en virtud de su Magisterio, el Papa San Juan Pablo II (miércoles 28 de julio de 1999).
En dicha ocasión el citado pontífice afirmó que "el infierno, más que un lugar, es un estado". (Ver internet poniendo en Google: infierno juan pablo II).
3. Coincido plenamente con el padre Juan en señalar lo nefasta que es la "teología liberal".
Es lamentable, ciertamente, que muchos clérigos, en lugar a aprovechar el Concilio Vaticano II, ¡se aprovecharon de dicho Concilio!, relajando por completo la doctrina de la Iglesia en materia moral y dogmática, relativizándolo todo, y negando. incluso, ciertas verdades del sagrado Depósito. Lo contaminaron todo con la famosa expresión: "esto es el espíritu del Concilio", para justificar cualquier innovación que se les ocurra, o ciertas ideas, y comportamientos morales absolutamente errados.
Decir "teología liberal" encierra un absurdo en su mismo calificativo, ya que la Teología es la Ciencia que trata de Dios, y el concepto de Dios no puede relativizarse "a medida" del teólogo opinante, como para validar distintos enfoques, contradictorios entre sí. Es como decir: "disciplina desordenada", o "científico ignorante".
4. El padre Juan incurre en el grave problema que acarrea el literalismo bíblico, que consiste en interpretar literalmente lo que está escrito en la Biblia, lo cual no siempre coincide con el mensaje que subyace en ciertas expresiones.
Expresiones tales como "odiar al padre y a la madre", "cortarse la mano", o "arrancarse un ojo", por citar unas pocas, están escritas en la Biblia, es cierto, pero la Biblia no dice que hay que hacer esas cosas, sino comprender el mensaje que dichas expresiones encierran.
Este importantísimo tema, el de saber leer la Biblia, interpretando lo que dice, no solo lo que está escrito en ella, yo lo abordé en mi libro "Lo que no dice la Biblia", en el cual analizo y resuelvo el sentido de muchísimos pasajes que, a causa del literalismo, conducen al ateísmo, a la neurosis, o a una vida plagada de inmoralidades.
Este enfoque literalista hace que el padre Juan se equivoque muy notoriamente cuando habla de que "Dios castiga", sin haber definido antes lo que se entiende por "castigo", o "ira divina", como para atreverse a afirmar que el Coronavirus es un castigo divino.
Puede lanzar esa idea, ciertamente, como lo hice yo, pero como una hipótesis o teoría, en un artículo en el que expuse mi teoría de "La Nube". En dicha teoría me he referido a los huracanes, las pestes y las pandemias, pero explicando que no es Dios quien castiga, sino que es el hombre el que ha atraído sobre si dicho castigo previsto, ciertamente por Dios.
Así como no es el profesor el que aplaza al alumno, sino que es el alumno el que se ha aplazado a sí mismo, como consecuencia de su pereza, aplazo que el profesor ya tenía previsto.
5. No existe ser humano que pueda afirmar "esto es un castigo de Dios", ya que desconocemos por completo cómo juzga Dios el comportamiento de cada ser humano, el cual se halla inmerso en su propia cultura, educación, o circunstancia personal; ni, mucho menos, cuál será la "voluntad de Dios" al respecto de determinados comportamientos, sean estos personales o colectivos
En el capítulo 9 del Libro de la Sabiduría se leen los siguientes versículos:
"13.¿Qué hombre puede conocer los designios de Dios o hacerse una idea de lo que quiere el Señor? 14.Los pensamientos de los mortales son indecisos y sus reflexiones, precarias, 15.porque un cuerpo corruptible pesa sobre el alma y esta morada de arcilla oprime a la mente con muchas preocupaciones. 16.Nos cuesta conjeturar lo que hay sobre la tierra, y lo que está a nuestro alcance lo descubrimos con esfuerzo; pero ¿quién ha explorado lo que está en el cielo?"
El ser humano que pretenda "explorar lo que está en el cielo", afirmando que esto o aquello es un castigo de Dios, está manifestando arrogancia. Lamentablemente el padre Juan da a entender que ciertos comportamientos atraen la ira divina, citando versículos de la Biblia, pero incurriendo en el literalismo de las citas que trae a colación.
El ser humano que pretenda "explorar lo que está en el cielo", afirmando que esto o aquello es un castigo de Dios, está manifestando arrogancia. Lamentablemente el padre Juan da a entender que ciertos comportamientos atraen la ira divina, citando versículos de la Biblia, pero incurriendo en el literalismo de las citas que trae a colación.
6. En conclusión: exceptuando el punto 3, referente al absurdo de la "teología liberal", punto en el cual coincido con el padre Juan, todo lo demás carece de sustento y solidez intelectual, no solo desde el punto de vista doctrinal, sino también desde el enfoque psicológico, antropológico e histórico del tema del castigo divino.
Por lo tanto no amerita ser tomada en cuenta su exposición sobre el Coronavirus y el castigo divino.
Un cordial abrazo, Pedro, y ¡felices Pascuas de Resurrección!
Un cordial abrazo, Pedro, y ¡felices Pascuas de Resurrección!
Dr. Francisco Oliveira y Silva
Viernes Santo 10 de abril de 2020.
Viernes Santo 10 de abril de 2020.
PD: Te ruego que no publiques ni reenvíes por ningún medio este escrito mío, salvo que menciones mi nombre, porque lo publicaré mañana en mi blog, y forma parte del libro que tengo en preparación, para presentarlo a fines del presente año.
Esta aclaración vale para evitar cualquier problema con el copyright.
Esta aclaración vale para evitar cualquier problema con el copyright.
PARA MAYOR INFORMACIÓN RECOMIENDO VISITAR MI BLOG, PONIENDO EN GOOGLE
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