Queridos amigos y lectores:
Comparto con ustedes la alegría de ser salesiano, y la
de llevarlo a Don Bosco en mi corazón.
Hoy, 31 DE ENERO, ES LA FESTIVIDAD DE ESTE SANTO
Don Bosco nació un 16 de agosto de 1815,
Don Bosco nació un 16 de agosto de 1815,
en I Becchi, Castelnuovo D'Asti, Italia, y falleció
un 31 de enero de 1888.
Necesito expresar la dicha inmensa de haber sido contagiado, para siempre, por su divino carisma, que es el de dedicar la vida entera a trabajar infatigablemente, y con alegría, en la dulce tarea de
- iluminar a todos aquellos que necesiten esclarecer alguna situación personal, algún problema,
- o mitigar algún inmenso dolor que les agobia.
Fue así como yo, habiéndome educado con los salesianos, desde la infancia hasta la juventud, estudiando incluso por 11 años en un Seminario salesiano en Córdoba, Argentina, y habiendo discernido que mi vocación no era la del sacerdocio, a pesar de haber comenzado a recorrer dicho camino, como puede leerse en mi biografía, disponible en mi blog, hoy me encuentro...
- celebrando una suerte de sacerdocio laico,
- sirviendo a las almas como Psicoterapeuta,
- profesión que me ha brindado la feliz oportunidad de poder ayudar a tantas personas,
- incluyendo sacerdotes y monjas,
EN HOMENAJE A MI QUERIDO PADRE DON BOSCO
CUYA FESTIVIDAD HOY, 31 DE ENERO, CELEBRAMOS,
*Les acerco un video alusivo, muy breve,
https://youtu.be/YERYI7hstEU
que termina con las palabras:"SE LLAMARÁ JUAN",
*Y TRANSCRIBO TAMBIÉN UN EXTENSO POEMA MÍO, DEDICADO A ESTE INCOMPARABLE SANTO. EN UN PASAJE ESCRIBÍ:
"Y fue un hombre enviado de Dios cuyo nombre
https://youtu.be/YERYI7hstEU
que termina con las palabras:"SE LLAMARÁ JUAN",
*Y TRANSCRIBO TAMBIÉN UN EXTENSO POEMA MÍO, DEDICADO A ESTE INCOMPARABLE SANTO. EN UN PASAJE ESCRIBÍ:
"Y fue un hombre enviado de Dios cuyo nombre
era Juan, el mismo que el del Precursor..."
LO ESCRIBÍ A LOS 18 AÑOS, EN EL ESTUDIANTADO SALESIANO
"NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO", DE CÓRDOBA, ARGENTINA.
Este es el poema:
ODA A SAN JUAN BOSCO
ODA A SAN JUAN BOSCO
"Fuit homo missus a Deo, cujus nomen erat Joannes" (Juan 1. 6)
("Fue un hombre enviado por Dios, cuyo nombre era Juan").
La voz dolorida del mundo se eleva
pidiendo un pedazo del pan del Amor:
¡Y nadie la escucha! ¡El pan se le niega!
¡El mundo perece de hambre, Señor!
Lo piden los hombres, lo piden los niños,
ansiosos de vida, de luz, de verdad.
¡Y faltan obreros! ¡Y falta ya el trigo!
No hay nadie que sepa su anhelo colmar.
Mas todos esperan y todos confían
que nunca tu gracia les harás faltar:
¡Su fe ya presiente que un nuevo Mesías
dirá el evangelio de tu Caridad!
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Y fue una mañana tranquila de agosto:
humilde, una casa, cual otro Belén
miró el nacimiento del Niño que a todos
daría el aceite de aromado bien.
Alzóse, de entonces, la nueva figura:
y el tiempo muy pronto trazó su perfil...
¡Y elevó Don Bosco su enorme estatura
de Nuevo Profeta, para bendecir!
Y "fue el hombre enviado por Dios, cuyo nombre
era Juan", el mismo que el del Precursor:
su temple era recio. Su fibra, de roble.
Su lema, las almas. Su escudo, el amor.
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"¡Hosanna!", clamaron los niños a coro,
"Bendito el que viene en el nombre de Dios..."
Y el mundo asombrado contempló a Don Bosco,
y lleno de gozo, también lo aclamó.
Ya pasa el Apóstol repartiendo vida,
dando a los hambrientos la fuerza del Pan
de albura infinita, de la Eucaristía,
¡y hasta los pequeños lo recibirán!
Las manos abiertas prodigan bondades;
sus labios divinos sonríen nomás;
su dulce palabra restaña los males
de la dolorida, triste humanidad.
¡Qué pronto se puebla la tierra de lirios!
¡Cuán rica sazona la Mies del Señor!
Es que el enviado de Dios ha venido,
y el mundo, a su paso, floreció de amor.
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¡Don Bosco! tu nombre quedará grabado:
mil generaciones lo repetirán,
para proclamarte como el nuevo Santo
de la Eucaristía y de la bondad.
Resuene en el orbe la voz de la gloria,
se agiten las palmas, y alfombren tu pie
las rosas, los lirios, y canten victoria
tus hijos, haciendo diadema a tu sien.
(Vignaud, Córdoba -1959)
Pídele a Dios, te lo suplico, en este día de tu Festividad, que nos dé el regalo de que podamos seguir salvando almas, como tú lo hacías, porque las olas embravecidas del tempestuoso mar del mundo, hoy se agitan con una furia dirigida a destruir todos los valores más sublimes de la humanidad.
¡Danos esa ayuda, amadísimo Padre!
Y yo digo, con fervor, tu lema:
"Da mihi animas, caetera tolle": "Dame almas, y llevaos lo demás".
"Da mihi animas, caetera tolle": "Dame almas, y llevaos lo demás".
especialmente a los religiosos, sacerdotes
y exalumnos salesianos: ¡Alegría, alegría!
Dr. Francisco Oliveira y Silva
Dr. Francisco Oliveira y Silva
