viernes, 23 de diciembre de 2022

LA NAVIDAD NO ES UNA FIESTA MUNDANA, NI UN SIMPLE RECORDATORIO: ES LA RENOVACIÓN DE UN MISTERIO

 

Queridos amigos y lectores:


Llegó la Navidad. La Navidad no es una fiesta mundana.
No es tampoco el "recordatorio" de un gran aniversario. 
La Navidad es la renovación de un acontecimiento.

Lo que vemos en los pesebres, es solo un reflejo de lo que sucedió hace más de 2.000 años en Belén. Pero nos recuerda que, en este tiempo especial, vuelve a descender a la tierra aquella mismísima lluvia de energías espirituales, que inundó las almas de los habitantes de todo el mundo, por la potencia infinita del Misterio de la Encarnación de Dios en nuestro planeta.

Les invito a tomar conciencia de este fenómeno tan inexplicable como cierto, disponiéndonos a recibir esas bendiciones, brindando nuestra ayuda a todos los que necesitan de nosotros, dándoles todo lo que esté a nuestro alcancenuestro tiempo, nuestra compañía, algún alimento, o alguna vestimenta... en fin: lo que el prójimo espera de nosotros.
NO EXISTE OTRA FORMA DE VIVIR LA NAVIDAD.

Comparto con ustedes un ejemplo de la vida real.
La mujer que compuso la letra de la ya tradicional canción "Navidad de flor de coco", siendo joven aún, afrontó el dolor de los combatientes de la guerra del Chaco, visitandolos permanentemente en los hospitales, haciendo por ellos todo lo que estaba a su alcance, para brindarles un poco de alegría en medio de tan horrorosos dolores.
LES INVITO A LEER UN FRAGMENTO DE SU COPIOSA BIOGRAFÍA

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MERCEDES JANÉ, AUTORA DE LA LETRA DE "NAVIDAD DE FLOR DE COCO".

Según ella, esa letra no la escribió ella sino Dios. Verán por qué dijo eso.
Pero quiero destacar que la vida de esta mujer refleja todo el amor que llenaba su alma, y que le llevó a "ayudarle a Dios" a componer esa canción. 
Solo un alma como la de esta gran artista, que falleció un mes antes de cumplir los 100 años, fue capaz de irradiar lo que bullía dentro de su ser: la capacidad inmensa de brindar sus talentos al prójimo necesitado.

Este fragmento de su biografía la retrata de cuerpo entero, dándonos ella, como ser humano, el radiante ejemplo de lo que es compartir con el que sufre, todo lo que esté a nuestro alcance, porque esa es la esencia del Mensaje cristiano, iniciado con el Nacimiento en Belén que volvemos a vivir en cada Navidad.

Mercedes Jané, estaba en condiciones de colaborar con Dios en tan sublime tarea y difundirla en sus escritos y en su vida.

Nacida en Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, el 8 de septiembre de 1915. 
El 24 de agosto de 1931, Mercedes Bobillo que, con el tiempo, sería DE JANÉ, para después ser identificada sencillamente como MERCEDES JANÉ.
Con su madre María Josefina Mata de Bobillo llegaron de Buenos Aires de visita a Asunción, invitada por una tía viuda, donde planeaban permanecer unos días o tal vez unos meses. Sin embargo, se quedaron en el Paraguay para toda la vida.

Pronto se vio sumergida en el drama sangriento de la guerra contra Bolivia. 
No era su pueblo el que peleaba, pero ella ya lo sentía intensamente como suyo. 
Fue por eso que acudió a los hospitales donde llegaban los heridos. Su misión no era curar el cuerpo sino el espíritu de los combatientes escribiendo sus cartas. 
No sólo estaba junto al dolor manifiesto de los nosocomios. Con sus canciones y recitados aquella joven también acudía a las fiestas que se hacían en las cañoneras.
Esto se lee en Portal Guaraní:

NAVIDAD DEL PARAGUAY
EL AROMA QUE INVENTÓ LA NOSTALGIA.
Letra: MERCEDES JANÉ
Música: ESTEBAN MORÁBITO

Esto se lee acerca de Mercedes Jané, nacida en Argentina, pero radicada, de por vida en Paraguay:
"En la tierra de GABRIELA MISTRAL y PABLO NERUDA ocurrió un hecho capital en la vida de la artista. Estaba próxima la Navidad de 1951.
Una tristeza sin nombre le invadía el corazón. Añoraba la sencilla aunque encantadora navidad del Paraguay.
Todos los años que le tocó vivir en su patria por elección el tiempo cercano al nacimiento del Niño de Belén era muy especial. Los pesebres tenían la maravillosa inocencia de un mundo recreado primorosamente cada año. Diciembre era sinónimo de figuras de barro, ka’avove’i, clericó y magia de faroles.
"Demasiado quería volver al Paraguay. Quería pasar la navidad en el Paraguay, pero tenía contrato en la radio hasta junio del año siguiente. Por lo tanto, me era imposible retornar. Lloraba en la calle, sin consuelo. De pronto, ocurrió algo extraordinario: en Santiago, olí la flor de coco. Entonces empecé a mirar por todas partes. ¿Cómo era posible que allí yo percibiera ese aroma único del Paraguay?. Imposible. Ahí no hay cocoteros. Y empecé a mirar, a mirar, a mirar. Miraba las manos, las caras de la gente para ver si encontraba algo. Y nada" cuenta doña Mercedes.
"Fue entonces -sigue relatando-, que entré a una confitería. Pedí un té. Y mientras me traían, en la servilletita, de un tirón, escribí Navidad del Paraguay. Lo que yo recalco es que eso yo no escribí: escribió Dios porque no tiene ni una sola corrección. Así como se originó así está".
¿Qué había pasado?. En realidad, el olor de flor de coco santiaguino jamás existió. Mercedes, desde su historia personal, con su nostalgia infinita, inventó su aroma. Y la fuerza de ese instante la llevó a escribir la poesía.

LA PSICOLOGÍA NOS ENSEÑA ESTO:
"El cuerpo crea lo que la mente cree"

Queridos amigos: 

Dios nos ayude, haciendo que, al escuchar esa inmortal canción, recordemos que la mujer que compuso su letra, nos dio con su vida el ejemplo de lo que es EL AMOR AL PRÓJIMO NECESITADO.

Les deseo Feliz Navidad.
Dr. Francisco Oliveira y Silva.

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